El Real Madrid blinda a su nueva generación de talentos

Valverde, Vinicius, Rodrygo, Militao, Camavinga, Tchouameni y Bellingham no se tocan, con cláusulas que van de los 700 a los mil millones de euros

Se ha gastado 360 millones en ficharlos y ahora son el objetivo de rivales que llaman a la puerta o enredan para intentar ficharlos pero sin éxito

Vinicius y Rodrygo, tándem brasileño del ataque blanco

Vinicius y Rodrygo, tándem brasileño del ataque blanco / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El Real Madrid lleva seis años reconstruyendo el equipo. Lo ha hecho con paciencia y asumiendo riesgos. Ha fichado jóvenes promesas para que dieran el relevo a una generación de futbolistas única, que lo han ganado todo con la camiseta blanca.  Ha acertado en algunos casos y en otros ha pinchado en hueso (Jovic, Reinier…), pero se ha asegurado a siete futbolistas que apuntalan el cambio de ciclo. Esos jugadores por orden de llegada son Valverde, Vinicius, Rodrygo, Militao, Camavinga, Tchouameni y Bellingham, todos son ya una realidad y que cotizan al alza en el mercado.

UNA INVERSIÓN RENTABLE

Ninguno pasa de los 25 años y el Real Madrid los ha blindado para evitar la tentación de que alguno de ellos decida ‘fugarse’, aunque en la actualidad todos están comprometidos con el proyecto. La mayoría han fichado convencidos, han antepuesto el Madrid a mejores ofertas confiando en que ganarán muchos títulos con los blancos. La muestra de su potencial es que al club no dejan de llamar para hacer tentadoras ofertas por todos ellos, pero se han encontrado con la misma respuesta: “No negociamos”. También enredan por detrás y los tienta  a través de sus entornos, pero sin éxito. Y es que sus cláusulas de escape van de los 700 a los mil millones y todos tienen contratos del 2025 al 2029.

La inversión hecha por el Real Madrid por los siete jugadores alcanza casi los 360 millones sin incluir bonos por objetivos. El club blanco decidió cambiar de política y fijar su mercado en estos buenos proyectos asumiendo los riesgos de que pudieran torcerse. El camino no ha sido fácil como lo demuestran los principios que vivieron alguno de ellos como Vinicius, que en sus primeras apariciones era centro de críticas por su errática finalización tanto en el último pase como en sus disparos a portería. Tampoco fue fácil para Militao, al que mucho desahuciaron antes de demostrar de qué madera está hecho. Tampoco le está resultando sencillo a Tchouameni encajar en la idea de juego de los blancos.

UNA POLÍTICA CON RIESGOS

El riesgo asumido era que tras ficharlos debían tener continuidad para seguir creciendo y alcanzar su máximo nivel. Una apuesta complicada en un equipo que no espera a nadie. Valverde, el más barato de todos (5 millones de euros), llegó al Castilla y fue cedido al Deportivo, donde las lesiones frustraron su crecimiento. Aun así, el Madrid confió en su potencial para recuperarlo y darse la oportunidad de descubrir a un jugador diferente. La evolución de Rodrygo también ha sido lenta, pero esta temporada ha demostrado su talento para hacerse un hueco en el once de Ancelotti.

Camavinga ha necesitado dos temporadas para dejar patente su potencial. Pese a su juventud, empezó el curso con 19 años, su calidad le ha permitido jugar en diferentes posiciones. Tchouameni  se vino abajo en la segunda parte del curso, pero es otra apuesta firme del club como lo ha sido Bellingham, el último en llegar y el más caro (103 millones), en el que se deposita el rol de ser uno de los referentes del futuro, aunque antes deberá acoplarse al estilo de juego de su nuevo equipo. En definitiva, el Madrid se ha asegurado el futuro y lo ha blindado ante los petrodólares de los clubes estado.