Cita blanca con el dentista en Ipurua

Bale y James no se entrenan antes de recibir al Eibar

Bale y James no se entrenan antes de recibir al Eibar / Perform

Alejandro Alcázar

Este Eibar da para poca broma en Ipurua, donde intenta avasallar a sus rivales con una intensidad extrema. Visitar a los armeros es como ir al dentista y los blancos lo saben bien. El curso pasado le sacaron tres piezas con una goleada que significó la primera derrota de Solari, que venía de tres victorias consecutivas tras relevar a Lopetegui. Zidane dice que saben dónde van, más les vale, porque los armeros no tienen respeto por sus clientes, a los que no deja maniobrar en un terreno de juego estrecho que facilita su tarea. Habrá que ver si el francés hace algún planteamiento específico para sortear con éxito esa presión incansable de los de Mendilibar, o si prefiere, como suele ser habitual, no cambiar nada y arriesgarse a ser atropellado en sus mismas narices. 

IDENTIDAD

El Eibar es de esos equipos que no calibran de dónde viene el rival, le da lo mismo que el Real Madrid llegue de golear al Galatasaray en la Champions. “Vamos a ser el equipo de siempre. No vamos a hacer cosas raras”, avisa Mendilibar, que tiene claro lo que quiere de cada uno de sus jugadores durante los noventa minutos. Zidane es más generoso con sus futbolistas, les exige solidaridad sin balón, la misma intensidad que el rival como mínimo y concentración, lo demás lo deja al libre albedrío del talento de cada cual. Una cosa sí ha conseguido en los cuatro últimos partidos, que el equipo juegue junto cuando la pelota es del rival, eso le ha dado un plus que no tenía hasta ahora: lleva cuatro partidos sin encajar un gol, algo que los blancos no conseguían desde la temporada 15-16.

Sin rotaciones “Intentaremos no tocar lo que funciona”. Mendilibar utilizará la base del equipo que viene de ganar dos partidos seguidos, sin rotaciones, convencido de lo que hace. Zidane dejó caer ayer que podría hacer algún cambio de ese once en el que Rodrygo y Valverde han dado frescura al equipo. El francés es capaz de estropear lo que funciona y de bastante más con cambios extraños.