Máxima presión para Solari

Solari dirige su primer entrenamiento al frente del Real Madrid

Solari dirige su primer entrenamiento  / Perform

Alba López

Nadie en el Real Madrid espera otra cosa que no sea regresar de Abu Dabi con el trofeo del Mundial de Clubes bajo el brazo. Es el sentir que se palpa en la zona noble del Santiago Bernabeú y también dentro de la hinchada merengue, donde viven sumidos en una depresión profunda después del rídiculo europeo perpetrado ante el CSKA de Moscú y la pésima imagen que el equipo ofreció en la competición doméstica ante el Rayo Vallecano. Se perdió un partido y se ganó el otro, pero las sensaciones fueron las mismas: lamentables. A las órdenes de Santiago Solari el Real Madrid sigue sin jugar a nada y desde el palco ya se empieza dirigir la mirada hacia el banquillo, desde donde el técnico argentino capea el temporal a su manera, tratando de agradar a todos pero enfadando a su vez a algunos (véase el caso Isco).

"Para el club supone una gran alegría estar aquí, significa que el Real Madrid ha sido campeón de la Champions nuevamente y es el trofeo que más nos gusta", aseguró el argentino tras aterrizar en Abu Dabi. "Estar en el Mundial de Clubes otra vez es fantástico y esperemos renovar este año el título, que estos grandes jugadores han ganado ya el año pasado", añadió.

Solari ha seguido la evolución del torneo desde España, aunque estaba centrado en los últimos encuentros que encaró el Real Madrid antes de afrontar su último reto de 2018. "Siempre es importante llegar a este torneo con una victoria en el último partido. El Mundial de Clubes ya ha comenzado, lo hemos estado siguiendo por televisión y ahora estamos contentos de haber llegado y poner nuestra mente en el partido de mañana", dijo. "Hasta ahora estábamos pensando en el Rayo, que fue el rival anterior, y lo único que ha habido después ha sido un vuelo. Ahora ya nos concentramos y esperamos con ansias el partido contra el Kashima Antlers", concluyó.

El margen de error en Abu Dabi es nulo y Solari lo sabe. Como es consciente de que tiene mucho más que perder que de ganar, porque un triunfo no lo elevará a los altares pero un traspié sí podría hundirlo en la miseria. Cosas que suceden en Concha Espina, donde la paciencia nunca cotiza al alza.