El infierno de Sergio Ramos

Alejandro Alcázar

Sergio Ramos levantó la Copa de Europa al cielo de Kiev, pero no sabía lo que se le venía encima por la acción en la que pugnó un balón con Mohamed Salah que acabó con el egipcio en la enfermería minutos después. Fue un drama para el Liverpool y una ventaja para el Real Madrid. El mejor jugador del equipo inglés dejaba huérfanos a sus compañeros que notaron el golpe al quedarse sin su referente. Nunca se sabrá si fue o no definitiva su ausencia en los 60 minutos que quedaban de partido, el caso es que el Madrid pasó por encima ayudado por el peor día en la carrera del portero alemán Karius, que facilitó dos de los tres goles que dieron el triunfo a los blancos.

Desde entonces, Sergio Ramos vive un infierno. Es objeto de ataques despiadados que parten desde Egipto y de algunos islamistas que han dejado en manos de dios que le castiguen por su acción. “Le golpeó adrede para sacarle del partido”, se podía leer en los periódicos egipcios Al Masry al Youm y Al Watan. Éste último era incluso cruel en sus calificativos: “Una noche en la que los egipcios lloraron, Ramos, el carnicero, dislocó el hombro de Abu Salah”. No se quedaba ahí y agregaba “que Dios se encargue, Ramos”.  

ATAQUES DESPIADADOS

En el tuiter de Arabía Saudita la tendencia fue “Ramos hijo de p…”, y hasta el corresponsal del diario londinense The Guardian, Kareem Shaheen, cargó contra él, a quien dedicó las siguientes líneas: “Sergio Ramos está oficialmente por delante de Ricardo Corazón de León como enemigo del Islam”. Pero hasta la Unión Europea de Judo se sumó a los ataques al considerar que la entrada de Ramos a Salah fue “una llave prohibida en Judo, pero en fútbol es suficiente para ganar una Champions”. Incluso un abogado egipcio, Bassem Wahba, le reclama mil millones en concepto de compensación por lesionar al jugador.

Pese a que el futbolista egipcio podrá jugar el Mundial y superará su lesión en el hombro izquierdo que tardará en recuperar “no más de tres semanas”, según comunicó la Federación Egipcia de Fútbol, aunque tiene difícil llegar al primer partido ante Uruguay, la tensión contra Ramos no se rebaja. Según la ‘Cope’, el central y su familia siguen recibiendo llamadas telefónicas de números desconocidos con amenazas de muerte que el jugador ha denuncia a la Policía. Viven intranquilos y no les ha quedado otro remedio que cambiar sus números de teléfono.