Florentino-Zidane: Todo se agravó con Kepa

Albert Masnou

Albert Masnou

Todo se agravó con Kepa Arrizabalaga. Florentino Pérez quería fichar al portero del Athletic en el mercado de invierno para consumar su cruzada contra Keylor Navas pero Zinedine Zidane se negó en redondo y tumbó una refuerzo que desde los despachos estaba decidido, negociado y acordado. 

Las diferencias ente Florentino y Zidane viene de lejos pero a partir de ese instante que chocaron por Kepa y Keylor la tensión fue en aumento hasta llegar a ser insostenible. No coincidían en absoluto en la configuración de la plantilla. El presidente quería fichar y el técnico quería mantener el bloque que le había dado dos Champions. No quería matar a ningún jugador porque, entendía, hubiera supuesto su muerte como entrenador a ojos del grupo. Confiaba ciegamente en el plantel pese a admitir sus deficiencias. Iba a morir con ellos, pese a la presión de Florentino. Así lo había decidido y así pensaba ejecutarlo. Aunque fuera por encima de su cadáver.

El viento, sin embargo, no le soplaba a favor. El equipo no jugaba bien, quedó eliminado de forma muy triste en la Copa del Rey y la diferencia con el Barcelona en la Liga era abrumadora. Estaba eliminado en la Copa y en la Liga con lo que los meses de febrero, marzo y abril se hicieron muy largos, demasiado largos porque ni el juego ni los resultados acompañaban. No había ni asomo de alegría.

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El triunfo en el Mundial de clubs ni las dos Champions conquistas no eran suficiente aval para Florentino. El desencuentro con Florentino Pérez parecía definitivo. Así lo interpretó el presidente y así lo entendió el técnico que ya vislumbraba el final del viaje para final de temporada. Tanto es así que desde hace dos semanas ya estaba planificando el futuro sin Zidane, con quien ha perdido cualquier feeling.

La apariencia de ayer en la sala de prensa con Florentino y Zidane uno al lado del otro fue solo una comedia entre personas que se admiran pero que se ha distanciado mucho con el paso de los años Zidane hablaba de desgaste sin llegar a mirar al presidente, el causante de esta sensación de vacío con el que se fue. El propio Zidane sabía que si no ganaba la final de la Liga de Campeones sus horas estaban contadas, pero él mismo entendía que había llegado al final del túnel y, con la orejuda en la mano, fue él quien plantó al propio Florentino. 

El presidente madridista afronta ahora el duro reto de suplir a un técnico que le ha dado tres Champions. Consciente de lo que iba a pasar, Florentino ya lleva dos semanas pensando cuál puede ser la mejor opción. El presidente cree que dentro una semana, a mitad de la siguiente, ya podrá anunciar quien es su nuevo entrenador a quien configurarle un equipo nuevo.

Florentino entiende que con Zidane se cierra una etapa en el banquillo pero también en el vestuario. Ahora vuelve a mandar.