Ancelotti pone el primer clavo en su ataúd

El italiano Carlo Ancelotti se hunde con su equipo dejando una mala imagen con una derrota abultada difícil de olvidar en todo un Clásico

Su pobre planteamiento destruye la confianza de los blancos, que señalan al técnico como gran responsable de la debacle

Ancelotti: "Mi culpa. La culpa es del entrenador"

Ancelotti analizó la derrota del Real Madrid ante el FC Barcelona / Movistar

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Se puede perder, sí, pero no como lo hizo el Real Madrid en el Clásico. Lo peor fue la imagen ante el peor rival posible y en un momento de la temporada importante. La actuación deja herido al italiano que se hunde con su equipo para poner el primer clavo de su ataúd. Una pintada de cara sin que falten colores. Es de esas derrotas difíciles de olvidar por el 0-4 y por la imagen de impotencia de un equipo que fue una marioneta en manos de un contrario que tenía un plan. Partidos así han dejado sin futuro a más de un entrenador del Madrid. Y si no, que Ancelotti mire hacia atrás. No es necesario que el entorno mediático se lo ponga fácil a Florentino Pérez.

El Madrid persiguió fantasmas los noventa minutos ante la agilidad en la circulación azulgrana. Encajó cuatro como pudieron ser ocho. La defensa fue una verbena que sufrió la presión descoordinada de un equipo que obvió el estilo de este nuevo Barça de Xavi. Juegan al fútbol sala en espacios cortos. “Tocar y salir” para jugar de primeras con movimientos a los espacios. Básico, efectivo y bien entrenado. Ancelotti volvió a olvidarse de que el rival juega e hizo un Molowny: “Salgan y jueguen como saben”. Pero lo hicieron sin tensión ni intensidad, y salvo honrosas excepciones, fue un equipo sin alma, corazón ni amor propio.

ELITALIANO ASUME LA CULPA

El italiano se equivocó en el planteamiento. Y lo sabe. Se durmió en los laureles de la buena dinámica y se olvidó de mentalizar a sus jugadores de que era un Clásico. Seguían relamiéndose de la remontada ante el PSG y perder ante el Barça no alteraba demasiado sus aspiraciones en la Liga. Pero perder así, 0-4 y gracias, deja tocado al madridismo que no entiende nada. Una afición que mira ofuscada a su entrenador, al que culpa de una derrota demasiado dolorosa más allá que perder los tres puntos no altere demasiado la clasificación pero si el ánimo.

El italiano levanta el dedo y asume sus culpas. Pero un recuerdo así tiene demasiado peso en el tiempo y le perseguirá. Lo peor es que provoca dudas para lo que queda, deja tocado anímicamente a un equipo al que le puede temblar el pulso en lo que tienen por delante. Un equipo con una plantilla corta por deseo del italiano que ha visto como el Barça ha destruido parte de lo levantado toda la temporada. Ancelotti está obligado a reactivar la situación, hacer que el Madrid vuelva o pondrá otro clavo en su ataúd. Le quedan dos, el de la Liga y el de la Champions.