Vallecas examina la ambición del Rayo y la ansiedad del Celta

El Rayo de Francisco quiere mirar hacia Europa

Los de Benitez necesitan vencer para escalar puestos

Ratiu, una de las sensaciones del Rayo

Ratiu, una de las sensaciones del Rayo / EFE

EFE

El Rayo, que no gana en Vallecas desde el 15 de septiembre, recibe con el objetivo de acabar con esa mala racha al Celta de Vigo, que está protagonizando el peor inicio de temporada en ochenta años y llega a la cita con su técnico, Rafa Benítez, cada vez más cuestionado.

El equipo madrileño, tras la goleada encajada la pasada jornada en San Mamés frente al Athletic, espera olvidar aquel partido aciago y brindar a su afición un triunfo que sería importante por varios motivos, principalmente por poner fin a la mala racha liguera en casa y segundo por seguir ampliando la ventaja con el descenso, su verdadero objetivo este curso.

El Rayo, que esta semana accedió a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Yeclano Deportivo, vive en una cómoda posición en mitad de tabla pero quiere sumar tres puntos que le permitan también acercarse a la zona europea que ahora mismo marca el Betis con 26, siete por encima suyo.

Francisco Rodríguez cuenta para este partido con la importante baja para el lateral izquierdo del uruguayo Luis Alfonso 'Pacha' Espino, al que sustituirá su recambio natural, Pep Chavarría.

Esa podría no ser la única novedad en el Rayo ya que el argentino Oscar Trejo podría salir de inicio en la mediapunta en lugar de Unai López y Raúl de Tomás, tras su gol en Yeclano, podría jugar de titular en detrimento de Sergio Camello.

Enfrente está el peor Celta de los últimos 80 años, con una sola victoria en quince jornadas, está terminando con la paciencia del celtismo, que lo despidió con una sonora pitada tras no pasar del empate ante el Cádiz en un partido en el que jugó 70 minutos con un futbolista más.

"Estoy todo el día dándole vueltas a la cabeza para dar con la tecla", confesó en la previa el técnico Rafa Benítez, en quien la nueva presidenta, Marián Mouriño, sigue confiando después de firmarle un contrato por tres temporadas el pasado verano.

Lo que está claro es que la victoria del Mallorca esta jornada ante el Sevilla mete todavía más presión al Celta antes de su visita a Vallecas. El equipo está pagando su desastrosa planificación deportiva, sin el mediocentro físico que tanto demandó Benítez, sin un lateral derecho que aporte profundidad y con centrales del mismo perfil.

El pésimo arranque de Liga del Celta, además, contrasta con el de su filial, líder del grupo I de Primera Federación después de perder el pasado verano a la columna vertebral del equipo que disputó la fase de ascenso a Segunda. El Celta Fortuna en estos momentos lograría, por méritos propios, el ansiado ascenso a la categoría de plata con el que tanto soñó el presidente Carlos Mouriño, que el próximo martes hará efectivo el traspaso de poderes a su hija en la Asamblea General de Accionistas. Ese salto de categoría, no obstante, se lo puede impedir el primer equipo si termina descendiendo la temporada del Centenario.

Por este motivo, el choque de Vallecas es una final para el Celta, que la próxima semana recibirá en Balaídos al Granada, otro rival directo en la pelea por eludir el descenso. Ganar esos dos encuentros daría tranquilidad al proyecto de Benítez, que repetirá el once que alineó ante el Cádiz pese al buen rendimiento del delantero griego Tasos Douvikas en la Copa del Rey.