La conexión entre Messi y Hakimi desatasca al PSG

El argentino y el madrileño, con un gol cada uno, impulsaron la remontada ante el Toulouse (2-1)

Sin Neymar ni Mbappé, lesionados, el líder de la Ligue 1 sufrió más de lo esperado para sumar los tres puntos

Galtier: "Debemos trabajar y jugar para Messi"

Galtier encumbra la labor de Messi en el equipo tras volver a ser decisivo / Perform

X. Serrano

La conexión entre Leo Messi y Achraf Hakimi bastó al PSG para desatascar un partido gris frente al modesto Toulouse (2-1), que se adelantó en una falta directa y habría rascado un punto de no ser por la intervención final de Donnarumma. Lastrado por las bajas (Neymar, Mbappé, Ramos, Verratti...), a la que se sumó la pronta retirada de Renato por lesión, el equipo de Galtier fue plano y solo fluyó a través de sus dos individualidades.

PSG-Toulouse

Ligue 1

2
1
Alineaciones
PSG
Donnarumma; Hakimi, Marquinhos, Danilo, Nuno Mendes (Bernat, 76'); Vitinha, Sanches (Bitshiabu, 14'), Fabián; Soler (Zaire-Emery, 76'), Messi y Ekitike (Gharbi, 89').
Toulouse
Dupe; Kamanzi (Desler, 62'), Rouault, Nicolaisen, Diarra; Dejaegere (Birmancevic, 81'), Spierings, Van den Boomen; Aboukhlal (Sierro, 81'), Onaiwu (Dallinga, 62') y Chaibi.

Sin Neymar ni Mbappé, el tridente se quedó en lanza. Messi asumió el mando de la ofensiva parisina, pero se encontró demasiado solo. La propuesta del PSG era plana. Vivía el campeón galo instalado en la frontal del área rival, pero mecía la pelota sin saber muy bien qué hacer con ella. Lento en la circulación, estáticas sus piezas. El Toulouse, parapetado, aguardaba tranquilo. Un remate alto de Fabián, muy activo de inicio, fue el único susto.

El sesteo en la apacible tarde parisina fue perturbado por un pícaro neerlandés llamado Branco van den Boomen. En una acción aislada, el cuadro occitano rascó un libre directo prometedor. Todos esperaban el disparo por encima de la barrera, incluido Donnarumma, que dio un primer paso fatal. Cuando el lanzador ajustó el tiro a su palo más próximo ya no pudo reaccionar, petrificado. 0-1.

Aturdido, el PSG estuvo a escasos centímetros de encajar el segundo. Fue en otra falta servida por Van den Boomen, que Aboukhlal cabeceó a gol en posición adelantada. De nuevo, Messi tomó las riendas para templar los ánimos. Y otra vez, le faltaron socios. Hakimi, un puñal en la orilla derecha, era la única excepción. Solo en sus botas se percibía atisbo de peligro, más por talento individual que por méritos colectivos.

El rosarino ensayó un golpeo genial, un gol olímpico que se estrelló en el palo. Acto seguido, el internacional marroquí se inventó el empate. Escorado a la derecha, tomó la autovía que se le abrió hacia el interior y con la zurda, su pierna menos hábil, soltó un zapatazo inapelable al palo largo de Dupe. El PSG rubricó la remontada tras el receso gracias al tiro patentado de Messi, la rosca ajustada a la cepa del primer palo que sublimó en Barcelona.

Después de la diana, el cuadro capitalino bajó revoluciones, aunque pudo sentenciar en un remate de Danilo que salió cerca del poste y un testarazo de Marquinhos que llegó manso a las manos de Dupe. Reanimado por los cambios, el Toulouse asumió riesgos. Pasó a morder en campo rival y casi le salió bien la jugada. En una acción embarullada, Donnarumma salvó sobre la línea de gol un remate a la media vuelta de Desler. Messi, sobre la bocina, estrelló el 3-1 en el poste. Poco importaba ya. El PSG había amarrado los tres puntos.