El Liverpool se divierte con el Everton

El Liverpool disfrutó ante un Everton inferior

El Liverpool disfrutó ante un Everton inferior / sport

Jordi Blanco

El Liverpool sigue mandando en el Derbi de Merseyside y volvió a derrumbar sin discusión a un Everton al que ya venció en Goodison Park en diciembre y que suma nada menos que 14 partidos sin imponerse a su gran rival.

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Premier League

3
1
Alineaciones
Liverpool
Mignolet, Clyne, Lovren, Matip, Milner, Emre Can, Lucas Leiva, Wijnaldum, Coutinho (Alexander-Arnold 74'), Mané (Origi 57') y Firmino (Klavan 91').
Everton
Joel Robles, Pennington (Barry 67'), Williams, Jagielka, Davies (Enner Valencia 66'), Gueye, Baines, Holgate, Calvert-Lewin (Mirallas 82'), Barkley y Lukaku.

Ansioso y ambicioso, el grupo de Klopp venció con una comodidad inesperada antes de comenzar el choque para confirmar su objetivo de, descartada la opción de alcanzar al Chelsea, clasificarse para la Champions a través de una recta final de temporada que se avecina apasionante.

El equipo de Ronald Koeman, que solamente había perdido uno de los últimos doce partidos en la Premier, acudió a Anfield tan decidido a romper su mala racha como incapaz de hacerlo con un plan futbolístico al que respondió con prestancia el grupo de Klopp.

Apenas necesitó ocho minutos Mané para retratar por primera vez a la defensa de los toffess, con una jugada personal que cerró con un disparo raso y cruzado para poner el 1-0 y demostrar las debilidades de un Everton abrumado de entrada y al que le costó horrores hacerse ver.

A la vista de sus problemas en el desborde y la verticalidad, llama la atención el destierro al que Koeman condenó a Deulofeu, poco menos que invisible en el Everton y al que la confianza ha disparado en el Milan. Y es que multiplicado en todas las posiciones Lukaku, se denotó insuficiente su trabajo para relanzar al equipo frente a un rival mucho más firme en todo.

Los de Klopp siguen enganchados a la pelea por la Champions

El delantero catalán era toda una personalidad en el vestuario de Goodison Park, donde se apreciaba tanto su talento como se afeaba su falta de compromiso, sosteniendo varios de sus compañeros la conveniencia de que el entrenador le tomase por banda... Algo que nunca hizo. Y de lo que hoy, dos meses después, hay quien se arrepiente.

Se arrepiente un Everton sin capacidad de respuesta ante los grandes retos de la Premier, tan capaz de aplastar al Manchester City de Guardiola y golear con Lukaku desatado al Bournemouth como desolado en partidos que se le ponen cuesta arriba, como ocurrió frente a Middlesbrough Stoke City.

Así le ocurrió en Anfield, donde su gol, curiosamente, tuvo triple protagonismo su defensa, tocando de cabeza Jagielka, llegando sin suerte Ashley Williams y remachando Pennington un empate que apenas mantuvo tres minutos y que, antes o después, mostró la falta que le hace a Koeman un plan de ataque.

El equipo de Koeman, que no gana en Anfield desde 1999, fue una sombra

Otra jugada personal, esta vez de Coutinho, llevó el 2-1 al marcador a la media hora entre la euforia de la hinchada red y el desespero cada vez más evidente entre los toffees, que apenas si le enseñaron las uñas a Mignolet.

Esperando un nuevo escenario en la segunda mitad, lo único que ocurrió fue que el Liverpool acabó de mandar, entre la depresión rival, una presión casi invisible y un hundimiento evidente que se demostró en el 3-1, cuando Coutinho circuló con total comodidad, Origi recibió con una calma inverosímil y pudo armar un obús al que nadie respondió.

Desde que lo hiciera el 27 de septiembre de 1999, cuando triunfó gracias a un gol de Kevin Campbell, el Everton no ha vuelto a ganar en Anfield. Y el Liverpool, relanzado en su pelea por entrar en Champions, le retrató este sábado de mala manera en un derbi sin color. Bueno, con un solo color: el rojo.