El voto electrónico hubiera sido la solución

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Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El principal y prácticamente único cometido de la Comisión Gestora tendría que ser convocar elecciones. Lo antes posible. Tras la dimisión de Bartomeu, el Barça debería estar el  tiempo imprescindible sin presidente. Hay que tomar muchas decisiones trascendentales para el presente y el futuro del club. Y no las puede tomar, evidentemente, Carles Tusquets, cuya misión debe ser llevar a la entidad sin sobresaltos hasta los comicios.

Los fichajes del mercado de invierno (un central y un ‘9’, que podrían ser Eric García y Depay), la compleja negociación con la plantilla por la adecuación salarial, el descenso de 300 millones en los ingresos, la renovación (o no) de Messi... son demasiados frentes abiertos para una Comisión Gestora, por mucha buena voluntad que demuestren sus componentes. De ahí la urgencia de unas elecciones que podrían ser por Navidad, siempre y cuando la pandemia lo permita. Y ahí radica el drama del Barça en estos momentos. El coronavirus ha lastrado hasta extremos dramáticos la economía del club. Y ahora puede provocar un vacío de poder no menos dramático durante meses.

Tusquets ya avisó ayer que las elecciones pueden dilatarse mucho más de lo deseado. Sin la posibilidad de poner en marcha el voto electrónico (la propuesta de Víctor Font para implementarlo fue absurdamente rechazada en la asamblea del pasado mes de octubre), se hará muy difícil, en plena segunda ola de coronavirus, con el país a punto de volver a volver confinarse, organizar unos comicios que permitan una gran participación de socios.

Con este panorama, se antoja que la Comisión Gestora tendrá que tomar decisiones que no debería y que pueden hipotecar al próximo presidente del Barça... aunque se asegure que todas estas decisiones podrían ser reversibles. Pero, ¿puede ser reversible la ampliación de un contrato? ¿Puede ser reversible la marcha de Messi? Mucho me temo que no. Y ese es el gran peligro que se corre en estos momentos. Por culpa de la pandemia, sí. Pero también por tanta mala gestión del pasado más reciente...