Villarato, parte II

A Ancelotti se le cae el equipo en los últimos partidos

A Ancelotti se le cae el equipo en los últimos partidos / Efe

Carme Barceló

Carme Barceló

Aunque el Barça haya sido lamentablemente apeado de la Champions League, no es suficiente. Algo pasa en Madrid que se han encendido todas las alarmas, disparado los ventiladores y activados los entornos del club blanco. ¿Algo? No. Casi un ‘todo’. Una evidencia que hace temer al vigente campeón de Liga y Champions y, como ya se vivió allá por el 2009, ocupa y preocupa mucho en la capital: al Real Madrid tampoco le alcanza.

Lo escribo así, sin filtros, porque la evidencia en el terreno de juego, los nervios y lo que me cuentan los y las que tienen hilo directo con cúpula, palco, pasillos y vestuario merengues me cuentan con la boca pequeña y bajo secreto de sumario. Pánico en la sala. Dudas. Y aunque a seiscientos kilómetros los de Xavi no están para tirar cohetes en Europa, sí son la víctima idónea para atacar y, como objetivo, asegurar cuando menos los éxitos blancos en España.

Como el que no quiere la cosa -o sí, hablemos claro- en la vigilia de la noche de los muertos vivientes resucitaron el ‘Villarato’. ¿Lo recuerdan? Poco tardó Tomás Roncero en ‘El Chiringuito’ en destapar lo que para él y para muchos es ya una realidad: “Los árbitros van a por el Real Madrid porque no interesa que la Liga acabe tan pronto”. ¿Les suena? ¿Les vienen a la memoria aquellos años en los que el Barça de Guardiola ganaba y cómo lo hacía?

Aquella teoría conspirativa caló hondo y de ella se alimentaron mientras La Cibeles se moría de asco esperando visitas. Aquellas acusaciones que hablaban de “barrer siempre en la misma dirección”. Aquel tufo en el que se mezclaban varios olores: arremeter contra Ángel Villar y cuestionar el buenhacer del FC Barcelona. Aquel victimismo que servía para opacar las carencias y desviar el foco.

Esta vez fue Ancelotti el que se salió de su elegante guión para atizar fuerte a los colegiados. Aunque se busque explicación/justificación a una expresión italiana mal traducida por el técnico italiano, la realidad es tozuda: acusó a Melero López de señalar, con premeditación, un penalti a Marcos Asensio que solo existía en su imaginación. Reglamento en mano, esa pena máxima lo era. Pero el entrenador, tras un partido que no llegó al aprobado por obra y gracia del Girona y mal oficio del Realísimo, señaló al trencilla. Y con él, el sistema se activó. El que va más allá de la pizarra. El que casi todo lo puede.

A un Barça cogido con pinzas, ganando en el último minuto pero con el mejor portero de la Liga y el ‘pichichi’ en sus filas, lo han convertido en el enemigo a batir. Usan las mismas armas que utilizaron contra aquel equipo irrepetible al que poco se parece. Qué curioso. Qué revelador. Bienvenidos a la segunda parte del ‘Villarato’.

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