Opinión

Otra vez Mourinho y Guardiola

Guardiola, entrenador del Manchester City

Guardiola, entrenador del Manchester City / Agencias

El destino ha querido que Mourinho y Guardiola vuelvan a ser noticia por las dos finales europeas de esta temporada. Uno, José, ya ha perdido la de la Europa League ante el Sevilla. El otro, Pep, disputa la de la Champions el próximo sábado.

No espero a conocer si Guardiola gana o pierde porque me interesa más el contraste humano entre ambos personajes. Insisto, no sé, nadie sabe, si Guardiola será el sábado campeón de Europa con el City, pero sí sé, estoy convencido, de que si pierde ante el Inter, encajará la derrota con dignidad, no como Mourinho, que de nuevo quedó en evidencia por su mal perder y nula educación. Más allá de haber quedado fuera de la elite de los banquillos europeos, que es una realidad incontestable, aunque no censurable, Mou sigue siendo un personaje soberbio, tóxico para la imagen del fútbol y del deporte.

EL BUENO Y EL MALO. Sin ninguna duda, Guardiola y Mourinho pasarán a la historia por ser dos personajes antagónicos. El destino les colocó en el Barça y el Madrid en un momento en el que el Barcelona dominó el fútbol con un estilo brillante alejado del juego duro y pasivo. No se trata tanto de fútbol de ataque o fútbol defensivo, que todos los sistemas han de ser efectivos en ambos sentidos, sino de la manera en cómo desarrollarlo y transmitirlo a los aficionados.

Si quieren, Guardiola tuvo la suerte de contar con Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta y Messi pero el mérito de hacerles jugar de la manera exacta que sus talentos demandaba, es suyo y solo suyo. Mourinho tuvo otras cartas en el Madrid y las jugó mal. Las dirigió hacia el enfrentamiento y la provocación. Y lo peor fueron sus actitudes públicas.

El dedo en el ojo a Tito Vilanova superó todas las líneas rojas y le situó para siempre en el lado oscuro del fútbol. Sigue ahí. La persecución física y la agresión verbal directa a los árbitros de la final de la Europa League, rematada con el desprecio a la medalla de plata del subcampeón, le sitúan, de nuevo, ante el juicio de la historia. Siempre confrontado con Guardiola. La historia insiste en demostrar quién es el bueno y quién el malo.

La clave: Mou sigue en el lado oscuro del fútbol, siempre confrontado con Pep.