Sin las vacas sagradas, el invento se cae

Busquets

Busquets

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Había una vez un niño sentado junto a su padre en el suelo de una de las calles del casco viejo de Santiago de Compostela jugando al ‘pai fillo nai’, que es como allí se llama al ‘tres en raya’. Jugaban, hace tres siglos, sobre tableros tallados en la piedra por la que caminaban los santiagueses. Lo hacían durante horas, según explica un reciente reportaje publicado por Pedro del Corral en El Periódico de España

Hoy los niños juegan las mismas horas al Fortnite mientras sus padres atienden centenares de Whatsapps que llegan a sus celulares e insultan a alguien en Twitter, todo a la vez. El mundo es hoy una centrifugadora de momentos, de noticias, de mentiras, de sentimientos en el que todo perece a un ritmo insufrible. Un remolino en el que se mezcla todo sin tiempo para disfrutar de nada. Todo rápido, sin masticar, sin capacidad de reflexión. El presente es consumir sin freno. Lo que sea.

Nada escapa a la barbarie consumista, tampoco el Barça. Quienes leen webs dedicadas al mercado de futbolistas piden más y más nombres mientras acusan a quienes los publican de inventárselos. La afición se cansa de ver siempre las mismas caras y ya no tiene suficiente con los refuerzos veraniegos, ahora necesita también su dosis durante el mes de enero.

Piqué, Busquets y Jordi Alba son hoy una anomalía cada vez más escasa en un club de las dimensiones del Barça. Como también lo es Riqui Puig y casi Ansu Fati, al que están quemando dándole el ‘10’ antes de ni siquiera dejarle ser un ‘7’. Puyol, Xavi o Iniesta son vestigios de otra manera de entender un fútbol dominado por los representantes, cuyo negocio es, precisamente, evitar casos como los nombrados.

Sí, los tres capitanes del Barça son quienes más cobran y están más cerca de la retirada que de sus inicios, pero, aunque a ese entorno ávido de nuevas caras le cueste entenderlo, siguen siendo, a día de hoy, los mejores en sus respectivas posiciones. Discutir si necesitan recambio es una pérdida de tiempo porque nadie puede estar en contra de ello y, de hecho, ese es uno de los grandes problemas de la actual plantilla, que no hay nadie que pueda hacer mejor su trabajo que ellos mismos. También es probable que durante su etapa en el Camp Nou se hayan movido para evitar la competencia y que, aún teniéndola, hayan hecho todo lo posible por quitársela de encima. La realidad hoy es que Xavi les sigue haciendo jugar porque no ve alternativas y, sobre todo, por que sin ellos el invento se cae. En un plantilla absolutamente descompensada en edades y posiciones, los tres son imprescindibles, aunque sea urgente lograr que dejen de serlo.