Los tres capitanes acabaron señalados

La nueva debacle del FC Barcelona ante el Benfica (3-0) dejó señalados a los tres capitanes, Gerard Piqué, Sergio Busquets y Sergi Roberto. La dinámica del encuentro pedía experiencia, pero ninguno de ellos acabó sobre el césped de Da Luz. Sea de manera consciente o pura casualidad, la realidad es que Ronald Koeman retiró a los pesos pesado del campo en un día en el que el equipo necesitaba de líderazgo.

El más señalado fue Piqué, que dejó el terreno de juego cuando se había jugado poco más de media hora. El central había visto una tarjeta amarilla y el italiano Daniele Orsato le perdonó una segunda que hubiera dejado al equipo perdiendo y en inferioridad numérica, lo que llevó a Koeman a tomar la drástica decisión de relevarle. El neerlandés apostó por el joven Gavi, pero sin cambiar el sistema. Frenkie de Jong retrasó su posición para mantener la línea de tres.

Pasada la hora de juego, el sacrificado fue Busquets, que dejó su puesto a Nico González. La sustitución del de Badía buscaba más fuelle en la medular para intentar la remontada en el arreón final, pero el relevo coincidió con el segundo gol del Benfica.

Y cuando el partido agonizaba llegó la sorprendente, por innecesaria, de Sergi Roberto. El lateral dejó su puesto a Òscar Mingueza cuando el partido estaba absolutamente decidido. Un cambio que difícilmente se explica por motivos tácticos.

Solo Koeman sabe si quiso enviar un mensaje en el que podría ser su último partido en el banquillo blaugrana. Quizá solo fuera una coincidencia.

Marc André Ter Stegen acabó luciendo el brazalete en ausencia de los cuatro capitanes. Al margen de las sustituicones de Piqué, Busquets y Sergi Roberto, Jordi Alba era baja por lesión.