Una derrota para hacérselo mirar

Antoine Griezmann

Antoine Griezmann / sport

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

El Barça tenía ante el recién ascendido Granada la oportunidad de reafirmar su paso en LaLiga tras la exhibición contra el Valencia. Messi podía volver a estar disponible para disputar partidos en la competición de la regularidad y el único handicap era la baja de Jordi Alba. 

En su lugar entró el fichaje Junior Firpo, no era una entrada atropellada por una lesión en el minuto 80, sinó que el equipo ha tenido toda la semana para ajustarse y ponerse en orden. Y en el primer minuto en el Nuevo Los Cármenes se desmontó todo por esa pieza.

El equipo no se encontraba y solo De Jong aguantó a un equipo en una primera mitad que no sabía como sostenerse en pie. Carles Pérez dio destellos pero no había nadie para rematar. Griezmann marginado en una banda miraba como Suárez chocaba continuamente con los defensas. Si realmente ha venido para caer a la banda como su primer año en la Real quizás pide irse a final de temporada y prepara otro vídeo con la ayuda de Piqué.

La diferencia

Los jugadores del Granada también llevaban cinco jornadas de Liga y sabían lo que tenían que hacer, correr y romper a un equipo que le costaba un siglo hacer cualquier movimento entre líneas. Los del Barça no lo tengo tan claro y a las pruebas nos podemos remitir que cada uno ha intentado ir a la guerra por su lado. E incluso algunos han desertado antes de que sonaran los primeros disparos.

El Barça parecía que pedía tiempo muerto en cada jugada para intentar recomponerse pero no había manera, ahí estaban los jugadores del Granada una y otra vez para recordarles que a los partidos se llega con el planteamiento estudiado.

Esto ya no son desajustes de una pretemporada que arrancó con velocidades distintas, esto ya empieza a parecer un desorden con un arreglo un poco complicado.

Algo de disculpa puede tener que no tengas al mejor del mundo en este arranque, el peor desde la liga de los tres puntos, pero encomendarte a un chaval de 16 años que además sonríe cuando le metes toda la presión del mundo no es un buen plan. 

Te vas de Granada dejando a un equipo que estaba en segunda el año pasado como líder y tu como el equipo más goleado de LaLiga Santander. Para hacérselo mirar y mucho.