Triple karma en Baviera

Comparecer en el Allianz nunca fue un buen negocio para el Barça. Ni tan siquiera en sus épocas de brillantez. En 2009, con el Pep Team, sacó un empate (gol de Keita) tras vapulear al Bayern en casa (4-0 al descanso). En 2015, a las puertas del segundo triplete, Messi les hizo un roto en la ida pero el equipo, aunque obtuvo el pase a Berlín, cedió en la vuelta (3-2).

El resto de casos, mejor ni abrirlos. En esas, se viene lo de esta noche. Una oportunidad de oro, casi estratégica entre el ocaso del mejor ciclo de la historia y el prólogo de una nueva era resumida en el balance que firma ya la “Xavineta” (20 goles a favor y 2 en contra en 6 partidos) y en la foto de la alineación que sacará en Baviera. Más de dos años después del drama de Lisboa, puede haber sobre el césped sólo dos jugadores del once de la vergüenza: Ter Stegen y Busquets.

Es un primer paso. El segundo tiene que ver con el jugador franquicia de la función. Lewandowski le ha hecho gol al Barça en sus tres últimas citas. Hoy cambia de lado y eso ya es mucho. El tercer paso depende de Xavi y el equipo. Gane o pierda, deberá competir, justo lo que lleva años sin hacer en Europa. Se advierte sangre en los ojos de los futbolistas. Sangre por cerrar, aunque parezca imposible, el recuerdo del 2-8 y las pullas del inefable Müller. Sangre por abatir a quienes se mofaron de las palancas, no las vieron venir y creyeron que el Barça iba a seguir siendo una cenicienta en la Champions. Y sangre por poner a Nagelsmann, otro de los que nada entendieron del mercado azulgrana, en su sitio.

Las crónicas en Alemania ponen el foco en el técnico de Landsberg y, tras tres empates en Liga, dudan de su futuro si Xavi le acaba pintando la cara. El Bayern sigue siendo un gran equipo y hay que mantener la humildad. Pero si se trata de encontrar un hilo motivacional, es interminable. Opciones de karma, casi triple, en casa del exconvicto Hoeness.