EL APUNTE
¿Por qué no en tribuna?
A pesar de la buena voluntad aparente en ambas partes del ‘acuerdo’, todas las acciones del Barça en homenaje a Cruyff estarán en conserva sine die. El estadio Johan Cruyff es todavía un solar sin construir; tampoco se sabe cuándo dispondrá el club del presupuesto y los permisos necesarios para levantar el nuevo Camp Nou y el Espai Barça donde se levantará la estatua de Johan y -según la normativa municipal- deberán pasar por lo menos cuatro años más antes de que alguna calle de Barcelona pueda llevar el nombre del mito holandés. La cosa se cocinará tan a fuego lento que, con suerte, Bartomeu solo verá ejecutada como presidente la primera de las iniciativas.
Comprendo que sería absurdo bautizar al Camp Nou con el nombre de Cruyff si ya está previsto vender ese activo para recaudar el dinero necesario para remodelarlo. Ponérselo para luego quitárselo -o mancharlo con algún apellido comercial- sería todavía peor. Y admito que el estadio del fútbol base encaja con el personaje, aunque me parece poco reconocimiento para lo que Johan ha generado en la institución. ¿Por qué no, además de lo propuesto, bautizar la tribuna del Camp Nou como grada Cruyff? El United hizo lo propio con Ferguson -¡en vida!- y es obvio que la dimensión de Johan supera la de sir Alex.
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