Ya es tarde para rebelarse

La denuncia de la Moción a la Guardia Civil es la gota que colma el vaso en una directiva que no asume su final

Bartomeu, en el Palco del Palau Blaugrana

Bartomeu, en el Palco del Palau Blaugrana / EFE

Gerard López

Gerard López

Las últimas semanas hemos hablado en esta sección de temas estrictamente deportivos. La actualidad así lo demandaba, puesto que la llegada de Koeman, el inicio prometedor en Liga, las interesantes variantes, el ‘reciclaje’ de jugadores como Coutinho y la irrupción de caras nuevas daban para un extenso análisis. Pero aprovechando el parón de selecciones y que hace un par de días se confirmó que los promotores del voto de censura habían alcanzado las firmas mínimas necesarias para que este tire hacia adelante, toca hacer una reflexión al respecto. El socio está cansado. Quizás no el 100%, pero sí una parte considerable.

Creo que es evidente que la junta y la gran mayoría de la gente en general (entre los que me incluyo) no pensaba que fuera a prosperar. El hecho de que se juegue a puerta cerrada y el contexto de pandemia no presagiaban un apoyo masivo. Pero lo cierto es que el descontento es tal que incluso en estas condiciones, con unos medios muy escasos, lo ha logrado. Y de forma clara y contundente. Eso ha supuesto sin duda un revés y un ‘contratiempo’ que Bartomeu y compañía no esperaban. Creo que si ya era evidente que debían dar un paso al lado y dejar vía libre a un nuevo proyecto, esto no ha hecho sino acrecentar esa imperiosa necesidad. 

La verdad que me han dejado bastante descolocado algunas declaraciones que he ido leyendo de miembros de la junta tras saberse los resultados. Por ejemplo Jordi Moix, al que aprecio y con el que tengo buena relación, comentaba el otro día que “nos rebelaremos contra quien piense que nuestra gestión ha sido un desastre”. O Jordi Cardoner, que en su comparecencia pública quitaba hierro al número de apoyos diciendo que “otros 90.000 no se han pronunciado y hay que tenerlo en cuenta”. Curioso que esta junta ganara en 2015 con el apoyo de 25.000 socios, pocos más de los que han firmado a favor de la moción y en el contexto actual de pandemia. Hace tiempo que os tendríais que haber rebelado.

Ahora es demasiado tarde. No alarguéis esta agonía y no pongáis más palos a las ruedas. Lo más sensato sería que no tuviéramos ni que pasar por todo este proceso y que no esté en manos de la Generalitat si se puede llegar a realizar el referéndum y cómo. No es necesario. Déjenlo ya. Creo que ha quedado suficientemente claro que la masa social del Barça reclama cambios y que el club debe tomar cuanto antes un nuevo rumbo antes de que sea demasiado tarde y las decisiones que se están tomando puedan hipotecarlo en los próximos años y la nueva junta que entre lo haga atada de pies y manos y con unas cadenas de las que no puedan liberarse.

Sin ir más lejos el otro día leía el formato de la renovación de Marc-André Ter Stegen. Un contrato por cinco años y en el que a partir del tercero pasará a ganar una suma mucho más alta para poder cerrar las cuentas de estas dos próximas temporadas. Creo que es un error mayúsculo tomar estas decisiones que pueden afectar a medio y largo plazo cuando tienen las horas contadas al frente de la entidad. Luego está el tema del Espai Barça. Cuando vi las nuevas informaciones que salieron al respecto me quedé de piedra.

De los 600 millones de euros presupuestados en 2014, y votados en referéndum, Moix habló de un precio definitivo de 725 millones de euros más 90 millones de intereses para poder ser financiado, en total unos 815 millones de euros. Un conglomerado de bancos, con Goldman Sachs al frente, concederá al club la financiación. Una locura teniendo en cuenta el poco tiempo que les queda comandando el club. Ya no toca rebelarse. Señores, déjenlo.