La SuperEspaña de Luis Enrique se exhibe y desata la ilusión

Mundial de Fútbol: España - Costa Rica

Mundial de Fútbol: España - Costa Rica

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

España ganó su primer y único Mundial en Sudáfrica’2010 gracias a una generación de futbolistas irrepetible. La base de aquella selección triunfal era el mejor Barça de la historia, con jugadores como Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta o Pedro. De aquel equipo que ganó la final a Países Bajos en Johannesburgo solo queda el eterno Busquets. Lógico. Han pasado doce años y el relevo era inevitable. Luis Enrique ha revolucionado el combinado nacional y ha conseguido una mezcla casi perfecta de veteranos con experiencia y jóvenes con talento. El objetivo no es otro que intentar repetir aquel éxito o, como mínimo, demostrar que España vuelve a estar en la élite tras los fracasos de Brasil’2014, donde no superó ni la fase de grupos, y Rusia’2018, donde cayó en los octavos de final. La nueva selección española tiene potencial para llegar muy lejos y, por supuesto, tiene permiso para soñar. Y más después del brillante debut ante Costa Rica. La clara victoria ante los centroamericanos (7-0), con exhibición futbolística incluida, es un pasaporte hacia la ilusión. 

La humillante derrota de Argentina ante Arabia Saudí y el batacazo de Alemania ante Japón eran un serio aviso para España. Ser favorito sirve de muy poco en un Mundial. Con el nombre no se ganan partidos y menos en una competición con una connotación emocional tan fuerte como la Copa del Mundo. Luis Enrique seguro que tomó nota de los tropiezos de estos dos combinados tan potentes y planteó el partido con una misión: dominio total del juego y ataque sin cuartel para decidir cuanto antes el enfrentamiento. El técnico asturiano no quería sorpresas. Había que romper la dinámica negativa de España en los debuts: no se ganaba en el primer partido del torneo desde 2006. El plan le salió perfecto. Porque a la media hora ya ganaba por 3-0 con goles de Dani Olmo, Marcos Asensio y Ferran Torres (de penalti). 

La superioridad de España fue total. Con cinco blaugranas en el equipo titular (Jordi Alba, Busquets, Gavi, Pedri y el citado Ferran Torres), la selección fue un vendaval de juego en la primera parte (con récord histórico de pases: 549) ante el que nada pudo hacer una Costa Rica sin demasiados argumentos. Los tres mazazos consecutivos dejaron sentenciado el encuentro y la segunda mitad ya fue un paseo, con cuatro tantos más, para completar una goleada histórica. Y el domingo, duelo decisivo ante Alemania. De momento, España es líder. Que no es poco...