Sin Messi, Argentina no existe

Leo Messi vivió con resignación la derrota ante Francia

Leo Messi vivió con resignación la derrota ante Francia / sport

César L. Menotti

César L. Menotti

Lo de Argentina era la crónica de una muerte anunciada. El milagro hubiese sido lo otro, hubiera sido hasta peligroso porque, cuando se gana, todo está bien. Claro que estaría contento, pero el triunfo sería de los jugadores, no del fútbol. No había ninguna garantía de que Argentina fuera un equipo sólido, pero son competitivos, eso no falta nunca. Clasificamos desde el espanto y desde hace muchos años es Messi el que resuelve todos los problemas, logrando marcar alguna diferencia que permitió pasar la primera ronda del Mundial. Sin él, no sé si pasábamos.

Argentina paga la desafortunada conducción que ha tenido en los últimos diez años. Más que desafortunada. Argentina tiene un precio porque juega Messi. Si Messi juega, tiene un valor económico, y ha habido hasta un abuso. También había ese valor económico con Diego. Hoy, sin Messi, Argentina, no existe en el mundo de los negocios. Y ese criterio le ha cerrado la posibilidad de desarrollarse. Lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo: organización, idea, ensayo sobre la idea... Pero llegó con una incertidumbre, sin claridad ni entre los jugadores ni en el técnico. Fue un desencuentro con todos, con todos.

Hay un montón de confusiones, pero es muy difícil resolver sin un proyecto serio, sin una conducción que represente al fútbol argentino. Un equipo se hace como una orquesta, a base de ensayo y búsqueda. Hay que tener un equipo. Porque un entrenador solo puede ser respetado a través del conocimiento. El futbolista se rinde al conocimiento y este se demuestra entrenando.

Son miles de problemas y hay responsabilidades en la conducción, Sampaoli y AFA, pero tampoco puedo echar la culpa desde la distancia. Sería muy fácil hacer lo que hace todo el mundo. Hay una confusión acá en la que no se sabe nada de nada. Hablan de reuniones... Está el país en una situación muy difícil también políticamente. Realmente no sé qué va a pasar ahora. 

Pero insisto en la necesidad de crear a través de un proyecto, una idea y un técnico que gane el respeto del jugador a través del conocimiento. Pienso en el Messi del Barcelona, que jugó con un montón de buenos jugadores, de grandes jugadores, pero siempre ligado a la construcción de una idea clara. Fue creciendo con los errores. Al principio era increíble en los últimos veinte metros y terminó siendo también un asistidor. Esa evolución lo ha transformado en el mejor del mundo porque una cosa es ser un gran goleador y otra, un gran jugador.

Y regresando a Argentina, en la soledad que produce no encontrar sociedad, termina en la impotencia equivocada de querer ganar él el partido. No vas a encontrar a un Maradona, pero en el fútbol argentino, a excepción de Messi, hay jugadores tan buenos como los que están en Europa. Con una ventaja, tienes la posibilidad de entrenar, de armar una selección.

Evidentemente Argentina hoy está formada por muy buenos jugadores, pero estos, que juegan la mayoría en Europa, no son fáciles de fusionar cuando no tienen los tiempos que corresponden de ensayo y preparación. Acá el futbolista viene con trece horas de viaje, se recupera, otras trece horas... Más confusión. Difícil de resolver sin proyecto ni conducción.