Con Schumacher en el recuerdo

Michael Schumacher, con siete títulos mundiales y 91 victorias en grandes premios, es toda una leyenda de la Fórmula 1. Sus gestas, sobre todo para los que tuvimos la suerte no solo de verle correr sino de compartir alguna velada con él, ya fuera esquiando en Los Dolomitas o cenando en el Circuit, se recuerdan con admiración y cariño a la vez que Mick, su hijo mayor, está ascendiendo peldaños para alcanzar la F1. Este año el primogénito correrá la F3 y hay quien apuesta a que su desembarco en el Gran Circo está próximo.

Cada mes de enero, desde hace tres años, el nombre de Michael cobra actualidad más allá de su aniversario. Desde el maldito accidente que sufrió en una estación de Los Alpes franceses mientras practicaba el esquí no se sabe gran cosa del frágil estado de salud del Kaiser, un hombre encumbrado a la altura de los dioses a los mandos de un monoplaza y frágil como cualquier humano fuera de los circuitos.

Poco o casi nada se sabe a partir de entonces. El mutismo es total. Se trata del secreto mejor guardado. ¿Cómo está Schumacher?, ¿Evoluciona favorablemente o, por el contrario, sigue postrado en una cama, sin poder hablar o caminar... ? Las únicas noticias han llegado de boca de Sabine Kehm, que se mantiene como responsable de comunicación de la familia. No hay novedades: Michael continúa en su proceso lento de recuperación, pero a estas alturas nadie sabe con exactitud su estado real. Algunos excompañeros y amigos personales suyos como Jean Todt, Ross Brawn o Felipe Massa le han visitado pero nada ha trascendido de esos encuentros.

Gracias al gran apoyo que recibe día a día Michael, su entorno ha decidido abrir canales oficiales del piloto en las redes sociales para que los aficionados puedan mostrar su apoyo y también se ha creado la plataforma benéfica #KeepFighting para ayudar a las personas que sufren accidentes como el de Schumacher y también buscar recursos para sufragar los cuantiosos gastos que se requieren.

La familia persigue cualquier intrusión a su intimidad. “Es un asunto privado”, repite una y otra vez Sabine. El mutismo, lógicamente, provoca muchas cábalas. Es curioso, eso sí, que en tres años no se haya producido la mínima filtración y una hipotética foto ‘robada’ por un paparazzi fue neutralizada rápidamente por un juez suizo.

Respeto, como no puede ser de otra forma, la decisión de la familia, pero a mi entender ha pasado el tiempo suficiente para que se explique, con claridad (y máximo respeto), el estado de Michael, quien por su carisma y trayectoria podría ser considerado para los amantes del deporte como patrimonio de la humanidad.

#KeepFighting