La Roja pide a Luis Enrique

Las negociaciones con Luis Enrique no han llegado a buen puerto

Las negociaciones con Luis Enrique no han llegado a buen puerto / AFP

Jordi Gil

Jordi Gil

Luis Rubiales ha iniciado el casting para la elección del nuevo seleccionador. Los requisitos básicos consisten en ser un entrenador con suficiente bagaje, no estar comprometido con ningún club, tener carisma, representar una autoridad para los futbolistas y, al mismo tiempo, cumplir con la diplomacia que de puertas afuera exige el cargo. Todos estos requisitos llevan a la puerta de Luis Ennrique Martínez... excepto el último. Lucho es joven, con ganas, ha manifestado que le haría mucha ilusión dirigir a la Roja y se ha ganado un prestigio en su etapa en el Barça. El problema radica en la otra cara de lo que significa ser selecciondor. Representar a la Federación en actos públicos, ser atento con los medios de comunicación y evitar a toda costa confrontaciones. Luis Enrique es directo y no se corta. Para bien o para mal. Se hace difícil ver al asturiano adoptando una figura dócil y no entrando al trapo de los eternos debates de la selección. Esta parte de su perfil puede impedirle llegar a un cargo en el que muchas de sus virtudes encajan con el perfil dibujado por Rubiales. El exentrenador del Barça utiliza una metodología moderna, en la línea que quiere potenciar la RFEF, es ambicioso, le gustan los futbolistas jóvenes y no se plegaría ante las vacas sagradas. Poner freno a Sergio Ramos es, por ejemplo, algo que desea el presidente de la Federación. Sin embargo, el seleccionador perfecto no existe y Quique Sánchez Flores sería una figura de mayor consenso. Respaldado por los grupos mediáticos de Madrid, el extécnico del Espanyol tiene un discurso rico, sabría manejarse en un entorno complejo y goza de experiencia para manejar el vestuario. Veremos si Rubiales es conservador y se decanta por Quique Sánchez Flores o da un golpe de efecto real con Luis Enrique.