Reverter-Alemany, la dupla de Laporta

Joan Laporta se ha rodeado de un pequeño núcleo de altos ejecutivos para liderar el nuevo proyecto al frente del FC Barcelona

Reverter-Alemany, la dupla de Laporta

Laporta delegará en su amigo Alemany buena parte de la toma de decisiones en el ámbito deportivo

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

No hay duda. Joan Laporta en el puente de mando y nadie más a su alrededor. Bueno, amigos del alma como Rafa Yuste a su lado y nuevos, muy nuevos, colegas como Eduard Romeu, para vigilar las cuentas (y los avales). Y poca gente más que tenga capacidad para tomar decisiones y/o apretar a los profesionales.

Es aquí donde Laporta ha decidido jugárselo todo, confiando ciegamente en Ferran Reverter, el mago de MediaMarktSaturn, que aún trabaja a medias entre Alemania y el Camp Nou, para la gestión personal y económica y, cómo no, en su amigo (y amigo del fútbol) Mateu Alemany para el asunto futbolístico, deportivo, de gloria.

Si Reverter le ha dicho ya a todo el mundo que a la primera injerencia en su trabajo que vea por parte del presidente y/o sus directivos, coge la puerta y se va, en el caso de Alemany, que aún no ha sido presentado, se adivina que pasará más o menos lo mismo. La diferencia entre Reverter y Alemany es que el mallorquín conoce bien a Laporta, es amigo suyo y ya han hecho negocios juntos. Y, cuando digo negocios, no me interpreten mal, por favor, por favor, nada más lejos de mí que dudar de ellos. ¡Ni hablar! 

Laporta y Alemany estuvieron en el precioso yate que Florentino Pérez suele amarrar en el no menos precioso y millonario Puerto Portals, junto a Palma, ahí donde los ricos de verdad tienen sus embarcaciones. Y estuvieron allí porque Alemany quería venderle al Barça a Samuel Eto’o y el ‘ser superior’ quería impedirlo por tierra, mar y aire, asegurando (era mentira) que tenía prioridad absoluta sobre el camerunés. 

Era el final de la temporada 2003-2004, cuando Laporta y Alemany empezaron a hacerse amigos. De aquellas primeras charlas y negociaciones surgió un buen entendimiento, que, posteriormente, se ha reforzado en Mallorca, en vacaciones, en playas, en yates y en enormes cenas con otros amigos. 

Y es que no hay que olvidar, claro, que Eto’o acabó, no solo fichando por el Barça, sino convirtiéndose en uno de los grandes, enormes, tremendos, delanteros de la historia culé. No solo Laporta y Alemany, entonces presidente del Mallorca, hicieron lo posible y lo imposible para que Eto’o vistiese de azulgrana, sino que el propio Samuel hizo una histórica conferencia de prensa, en el salón principal del Hotel Son Vida, en la que anunció que “o me dejan fichar por el Barça o me querello con todo el mundo”. 

Ese Alemany, más curtido, más amigo de ‘Flo’, más amigo de Javier Tebas, que fue quien lo llevó al Valencia para que su dueño sacase el club adelante (aunque, luego, lo despidiese y así le va), ha vuelto a Barcelona con plaza y mando. Lleva trabajando ya, sin contrato, como Reverter, varias semanas, pero eso se arreglará muy pronto. Como dicen se arreglará, en cuanto pueda desligarse del club chino donde trabaja, la llegada de Jordi Cruyff, el mismo que aseguró que su padre votaría a Laporta. Y son ustedes los que sospechan, no yo.

Pero da igual quien venga y quien esté. Da igual que encuentren hueco para el hijo del ‘Profeta del gol’, que ha ejercido de todo, desde periodista, comentarista, a entrenador, director deportivo y secretario técnico. Da igual que los de antes y los de ahora consideren vital mantener a Ramón Planes, cuyo móvil, dicen, posee los teléfonos de todo el mundo del fútbol y cuya agenda es tremenda (necesitan ese disco duro, sin él no podrán reformar el Barça ni mejorar la plantilla del B). 

Da igual todo eso, quien mandará, y mucho, porque es el mejor, es Mateu Alemany, que será quien supervisará todo el trabajo que afecte a la plantilla profesional del Barça de Ronald Koeman e, incluso, quien pondrá límites a las peticiones, que no exigencias, de ‘Tintín’

Es posible, muy posible, que Laporta y Alemany deban dedicarse a las grandes maniobras. No sé, pienso en cómo renovar a Leo Messi, ahora que parece que ya solo tiene un candidato para su huida y se llama PSG, pues Soriano, Txiki y Pep han puesto sus ojos (no tienen mal gusto los chicos) en el noruego Haaland. Es evidente, también, que algo tendrán que hacer para limpiar la plantilla de sobreros y no digo nombres.

Pero lo más importante, dependa de quien dependa, aunque ahí Planes tiene mucho (todo) que decir y hacer (y ya lo está haciendo), es mimar los tesoros que tienen en La Masia, en los que confía ciegamente Koeman. Y ya no hablo de Ansu Fati (¡cúrate ya, niño, cúrate ya!), ni siquiera del prodigioso internacional Pedri, ni del descubrimiento de Araujo (otro éxito de Planes), ni de Mingueza, y no sé si hablar de Riqui Puig a quien Ilaix Moriba le ha ganado la vez. 

Hablo de que ayer ¡aleluya! renovaron a Álex Collado. Hablo de que deben, y pronto, renovar a Ilaix y, sobre todo, que no deben tardar, ni diez días, ni cinco minutos, en renovar al que va a iluminar, junto a Pedri e Ilaix, el centro del campo del futuro Barça primoroso que están construyendo: Nico González, el mismo 1.88 metros de Sergio Busquets, idéntica planta, mejor técnica y mejor control de balón que el veterano prodigio azulgrana.

Nico se quiere quedar, Nico se debe quedar y Nico sabe que en ningún sitio triunfará y jugará como en el Barça, porque su fútbol, su temple, su planta están paridos para ese fútbol. Ya no se llevan los mediocentros como Xavi y/o Iniesta. Ahora han de ser majestuosos, como Nico González, sobre el que, pronto, si hay paciencia (Laporta lo sabe, Planes lo afirma, Koeman lo intuye y Alemany lo adivina), girará todo el fútbol azulgrana.