Menos resignación y más valentía
La frase más repetida por aficionados y técnicos del Barça después de la contundente derrota contra el Bayern en el estreno en la Champions del equipo de Ronald Koeman ha sido: “Esto es lo que hay”. Es cierto que la desastrosa herencia económica dejada por la anterior directiva y decisiones deportivo-económicas que se han debido tomar este verano, quizá alguna errónea, han provocado que la actual plantilla del Barça esté lejos de la que tienen grandes clubs europeos, entre ellos el Bayern, y que difícilmente pueda aspirar a algo más que no sea estar en los octavos o cuartos de final de la máxima competición continental.
Pero reconociendo esta inferioridad, la resignación debería estar prohibida en un club como el FC Barcelona. La resignación y la cobardía. La cobardía mostrada contra el Bayern y que no sirvió para obtener nada positivo del partido. Solo para no encajar otra vez ocho goles como en aquel encuentro de Lisboa, el recuerdo del cual pesó mucho en todo lo que pasó el martes antes del partido y durante el mismo.
El Barça, esté donde esté, debe defender siempre su identidad y no puede plantear un encuentro como lo haría el Amorebieta, con perdón y por poner un ejemplo, si se enfrentase al propio Barça.
No puede salir al campo como un equipo pequeño, por muchas bajas que tenga en su convocatoria, solo a protegerse, a no encajar una goleada, a colgarse del travesaño, a defender en el interior de su propia área, a salir solo buscando un balón largo para que lo baje un delantero que no encaja en su filosofía y que no fue capaz de ganar ni un duelo individual. Porque admitiendo tener menos calidad que algunos de sus rivales y que esta temporada será de transición, jugando así no crecerá como equipo. Y lo que se le debe exigir este curso al Barça es que crezca para como mínimo sentar las bases de un futuro mejor.
Y la valentía también es poner a esos jugadores que representan ahora mismo la esperanza, que auguran un futuro mejor que el presente y que tienen, siempre que todo el mundo tenga claro que hay que tener paciencia y se puede no ganar nada, una gran oportunidad para hacerse grandes. Porque el Barça no remató contra el Bayern ni una vez entre los tres palos, pero como mínimo, con la entrada de Demir y Gavi llegó más al área de Neuer.
Con ellos, y con Alejandro Balde, los aficionados se sintieron mejor a pesar que la derrota ya era segura. Y escenificaron su deseo silbando a algunos de los veteranos. Hay que tener en cuenta que el contexto es difícil y que no puedes echar a los jóvenes a los leones, que quizá no puedan jugar todos juntos, pero que ser valiente es que empiecen a aparecer ya en algún once titular los Balde, Nico, Gavi y Demir como aparecieron el curso pasado Pedri y Ansu.
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