Repensar el Barça, repensar el barcelonismo

Laporta, en el palco de Balaídos

Laporta, en el palco de Balaídos / VALENTI ENRICH

Jordi Badia

Jordi Badia

En el fútbol, hay una tendencia inherente casi a considerar que todo futuro se define a partir de si la pelota entra o no. Y se ignora que el gol no depende solo del azar. En el mejor de los casos, una victoria solo es un aplazo. El Barça afronta hoy la ida de una eliminatoria vital contra el Nápoles, en lo deportivo y en lo económico. Sin embargo, ni la victoria ni la derrota incidirá de manera significativa en el rumbo del club.

Los clubes de fútbol se encuentren en un momento decisivo, que puede equipararse al cambio de paradigma que se produjo a principios de siglo. Entonces, el FC Barcelona llegó a tiempo de rectificar y salir de la deriva en la que había caído. En el año 2003, el modelo era el Manchester United. El Barça se repensó y adecuó su carácter e idiosincrasia al modelo de negocio que se imponía para mantenerse en la élite. En resumen, lo del círculo virtuoso y lo del més que un club al món. Y entonces, las Ligas y las Ligas de Campeones no llegaron solo por azar.

Hoy, el cambio que se opera es más grave y el FC Barcelona lo afronta de manera peor porque está mucho más débil. Pero, sobretodo, porque anda completamente desorientado. Parece que no se de cuenta de lo que sucede. O que no sepa como enfrentarlo. Hoy el modelo es la Premier League con los agentes del fútbol convertidos en productos financieros.

Quizás una anécdota sirva de categoría. En el José María Martín Carpena de Málaga, los cánticos de los aficionados del Barça parecieron fuera de contexto en el mejor de los casos, extemporáneos e inoportunos, en el peor. También el barcelonismo requiere ser repensado.

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