Rebajas todo el año

Gündogan posa con la nueva camiseta del Barça

Gündogan posa con la nueva camiseta del Barça / FCB

Carme Barceló

Carme Barceló

Aquella imagen de cientos de señoras de mediana edad apretujadas ante la puerta de unos grandes almacenes ya ha pasado a la historia. Porque el inicio de las rebajas estivales ya no provoca esta icónica y anticuada imagen. Casi todo pasa a mejor vida y también el mundo de las compras y las ventas. Poco podíamos imaginar hace una década que las adquisiciones de segunda mano iban a convertirse en una práctica habitual, con el lujo como primer ítem de este nuevo mercado. Como tampoco pensábamos que el comercio del barrio iba a perderse por culpa de las grandes compañías o la venta on line. Ahora, el concepto ‘rebajas’ convive con el de ‘descuentos especiales’ (sin fecha en el calendario) y ha perdido una parte de su tono peyorativo. Congratulémonos de esto último.

Quien vive permanentemente haciendo números agradece las oportunidades. Ya sea al lado de casa o en la otra punta del mundo, una ganga es una ganga. Que se lo digan al FC Barcelona, que vive un periodo complejo económicamente y se sube a la rúa de las rebajas todos los días de año. Para lo bueno y para lo malo. Porque a veces se paga la bisutería a precio de oro; otras, lo barato sale caro y algunas -las menos aunque aplaudidísimas- la oportunidad de mercado las convierte en un regalo. Apunten en este último apartado a Gündogan.

Sólo por ver cómo ha sentado en Madrid y alrededores este fichaje, ya vale la pena la inversión. Mientras Florentino Pérez sigue esperando al mismo señor/club que le paga que tenga a bien responder a su nueva propuesta a ritmo de ‘tic, tac’, Mateu Alemany trabaja a medio plazo, pica piedra y se ha traído a uno de los jugadores top del ‘mercato’. Y ha sido la voluntad del centrocampista alemán, su apuesta por el proyecto de Xavi, las ganas de cambiar de aires con calidad de vida y la amistad con el mejor prescriptor azulgrana posible, Lewandowski, el que le han traído hasta aquí. Bienvenido sea.

Pero la cosa cambia cuando uno tira del golpe de efecto, del dato frío o del amigo del amigo. Que los números cantan y no cuadran, lo sabemos todos los que nos movemos en el universo Barça. Solo hay que abrir el correo electrónico recibido ayer por los socios y socias. Allí se anunciaba la posibilidad de adquirir el abono de temporada para los y las que están en lista de espera de ‘asiento’. Y, lo más importante, “un 50% más económicos de los que se habían presentado a principios del mes de mayo y que es el resultado de una decisión de la Junta Directiva después de haber escuchado el desacuerdo expresado por los precios inicialmente establecidos en un momento muy especial y con los inconvenientes que comporta el traslado al estadio olímpico de Montjuïc”. Bienvenida sea la rebaja para los que hace años esperan su silla y, lo más importante, visibilizar que los que ya lo tienen parece que no han respondido de forma mayoritaria.

El aterrizaje de Roger Grimau al banquillo del básquet del FC Barcelona también forma parte de esta política de ajustes, por decirlo fino. Más culer que el escudo, goza del apoyo de este mundo aparte que es el del Palau. Pero no ha gustado, por decirlo fino (bis) que se haya prescindido de Saras y Mirotic. Este último, por cierto, abanderado de la ‘causa Barça TV’ con su apoyo desacomplejado a una redacción que hubiera merecido un trato, cuando menos, de ‘descuento especial’.

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