Pudo la presión de ganar y no perder

Messi, cabizbajo tras el empate ante el Atlético de Madrid

Messi, cabizbajo tras el empate ante el Atlético de Madrid / Javi Ferrándiz

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

En el Camp Nou pudo la presión de ganar y la prohibición de perder. Ni el Barça ni el Atlético de Madrid querían quedar descartados en la pelea por La Liga y esa inquietud se hizo notar en el transcurso del partido y en la actitud de los dos equipos. Ninguno quería asumir el riesgo de quedarse descolgado en el campeonato.

También se pudo constatar que el Atleti, por edad, es un equipo más maduro. No le pudo el escenario ni la altura del desafío. Y en una liga tan ajustada como la que estamos viviendo, el hecho de no ganar a los rivales de arriba te deja aún menos margen, como le ha ocurrido al Barça. Es un equipo que tiene más juventud, porque precisamente está viviendo un momento de transición en su plantilla y en momentos como el partido del sábado merece más paciencia y comprensión que lamentos. Y, sobre todo, mucha perspectiva.

El Barça ha tenido un 2021 muy bueno en comparación con 2020. Hubo tramos en la primera mitad de la temporada en los nadie se hubiera imaginado, ni en sus mejores sueños, que acabaría aspirando a un doblete en el tramo final. Tiene mérito teniendo en cuenta las limitaciones a las que se enfrentaba esta campaña.

En partidos como el del Atlético de Madrid se notaba la falta de equilibrio en algunos aspectos. Dejar salir un 9 puro como Luis Suárez, sin tener un recambio, marca la diferencia en duelos como éste, en los que puedes ganar por 1-0 en lugar de 0-0. Los partidos trabados los determinan los pequeños detalles. Los porteros de ambos equipos estuvieron a la altura, pero un depredador del área te puede decidir este tipo de partidos. Leo Messi sigue teniendo buenos números goleadores, pero si tuviera un 9 a su lado, los rivales se concentrarían en varios jugadores, no solo en él.

El Barça cuenta con buenos atacantes, le falta un delantero que sea diferente a los demás, que no sea necesariamente un regateador ni futbolísticamente sofisticado, sino que sea un oportunista en el área. Y que cuando surjan oportunidades como ocurrió en la segunda parte contra el Atlético, te permita ver portería y llevarte los tres puntos.

Ahora es cuestión de mantener la tranquilidad y no caer en ese estado de ánimo habitual en el entorno culé, que pasa de la euforia en las victorias al ambiente de funeral cuando se pierde. Es importante insistir en esa perspectiva que nos ofrece un 2021 que está resultando bueno en cuanto a porcentaje de números en los partidos. Quedan tres jornadas y toca estar unidos, mantener la cabeza fría y sacar todos los puntos posibles que quedan en juego. Lo que sí ha quedado bastante claro en este campeonato es que los equipos grandes no las tienen todas consigo. Nadie va sobrado en esta liga. Y eso significa que habrá oportunidades hasta el final.

ME GUSTA:

Villarreal, merecido finalista de la Europa League. Tenía la espinita clavada de la final de Champions que tuvo al alcance de la mano. Pero siempre reconforta ver como un club de origen modesto ha logrado desafiar a grandes equipos. El Villarreal lleva un par de décadas haciendo las cosas bien, con altibajos, pero con una idea clara de gestión. El fútbol siempre acaba recompensando el esfuerzo.

NO ME GUSTA:

El mal ambiente en torno a la Superliga. Por el bien del fútbol, no solo los grandes equipos, es necesario abrir un diálogo abierto, sincero y constructivo. Todo el mundo parece que está de acuerdo en que hay que repensar el modelo de negocio. En cualquier otro sector en crisis, ajeno al fútbol, se buscaría una solución consensuada. Es importante rebajar tensiones y dar con una salida.