Piqué será lo que quiera ser

Gerard Piqué renueva hasta 2022

Gerard Piqué renueva hasta 2022 / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça anunció ayer la renovación de Piqué hasta el 2022 pero en realidad no hace falta ningún contrato para sellar la fidelidad del central blaugrana. Piqué, como Obélix, cayó en la marmita culé recién nacido, y nada ni nadie romperá jamás su vinculación atávica con el club de su vida. La relación entre Gerard y el Barça es genética y tiene la solidez de un hecho biológico, desde que entró en La Masia con solo 10 años. Su trayectoria impresionante, que le ha llevado a conquistar todos los títulos y a ser considerado el mejor central del mundo, es un espejo para los niños que sueñan con ser un día como él y una demostración más, la enésima, de que no hay nada mejor ni más económico ni más pedagógico que promover la ascensión de los jóvenes valores de la cantera. Más allá de lo deportivo, ya hace mucho tiempo que Piqué es mucho más que un jugador de fútbol: hoy es una personalidad que dice lo que piensa y hace lo que quiere. Su principal virtud, tanto dentro como fuera del terreno de juego, ha sido la valentía, que ha usado para ejercer su libertad y adentrarse a veces en terrenos pantanosos que habitualmente no visitan sus compañeros futbolistas: ha sido capaz de hablar sin tapujos de la crisis catalana cuando todos escurrían el bulto, y mirar a la cara a los problemas de la sociedad con la misma determinación con la que el miércoles se desgañitaba para intentar evitar que su Barça perdiera el primer partido de la temporada. Es un alma tan libre que a menudo da la sensación de que la rutina le aburre: de la misma manera que le gusta ser políticamente incorrecto, de vez en cuando decide subir al ataque para convertirse en un gran delantero centro. Es de los pocos jugadores del que puede decirse que su futuro culé solo depende de él: Piqué será, en el Barça, sencillamente lo que quiera ser. Y lo que es seguro es que, sea lo que sea, lo será mucho más allá del 2022 y hasta siempre.