Pierde el Barça, pierde Messi y pierde Laporta

Joan Laporta, en rueda de prensa

Joan Laporta, en rueda de prensa / FCB

Joan Vehils

Joan Vehils

El jueves por la mañana el presidente Joan Laporta estaba tomando el sol en la playa de S’Agaró. Ese mismo día, camino de Barcelona, habló en diversas ocasiones con Jorge Messi para anunciarle que se plantaba y que renunciaba a seguir negociando. Antes también había contactado con los capitanes para advertirles de la situación. Con Jorge Messi pactó el comunicado y a las 20:00h se hizo público. Allí acabó todo.

Ayer por la mañana, Laporta, con más cara de sueño que de preocupación, confirmó aquello que muchos culés no querían oír. Tras culpar a Bartomeu de la crítica situación financiera asumió como suya la situación de plantarse dejando al margen las emociones y pensando en el Barça. La cuerda se había tensado demasiado, dicen que los Messi seguían forzando, y Laporta decidió finiquitar las negociaciones. Quizá por eso el propio Laporta explicó que Messi no está contento, aunque lo cierto es que Leo está cabreado. Muy cabreado.

La opinión de Messi

Ahora falta escuchar la versión de Leo Messi que lleva muchos días sin abrir la boca. Me confirman que está hecho polvo. En estado de shock. Aterrizó en Barcelona el jueves con la idea de ir al notario a firmar, tenían hora ese mismo día y ahora se ve sin equipo. Difícil de asimilar. A todo eso, nadie de su entorno sabe qué hará ni cuándo hablará a la vez que su padre empieza a descolgar algunos teléfonos que ya había borrado...

Mientras, algunos culés muestran su decepción con esa actitud de un capitán al que siempre le ha faltado un punto de empatía con su afición. Si calla para siempre, su salida no será la que se merece. Si habla y acusa, tampoco. Así que sería bueno que esta vez muestre su generosidad y dé las gracias al Barça. Al fin y al cabo, Messi nos lo ha dado todo, pero aquí también se le ha tratado bien. Quizás, en determinadas ocasiones, demasiado bien.

Por tanto, y antes de que sea tarde para todos, mejor que salga, hable y muestre su gratitud. Y si no sabe cómo hacerlo que llame a Puyol. El único futbolista de la historia del Barça que rechazó dos años de sueldo cuando se retiró y que en una sola frase resumió lo ocurrido el jueves: ‘Día duro, pero visca el Barça’. Palabra de capitán.

Los avalistas mandan

Laporta fue valiente, aparentemente sincero, y ha tomado la decisión más difícil y complicada para un presidente del Barça. Desde este punto de vista ‘chapeau’. Sin embargo, la frustración va por dentro. Desde el club señalan que está decepcionado con la actitud de algunos futbolistas de no acceder a rebajarse su ficha y, frustrado también, por no lograr su objetivo. Ahora queda claro que muy pocos accedieron a bajarse su sueldo para poder equilibrar la masa salarial

Por otro lado, un culé ilustre me hace ver que toda esta explicación de Laporta hubiera tenido mucho más sentido si la hubiera realizado diez días después de tomar posesión. Entonces todo el barcelonismo, debido a la herencia recibida, hubiera entendido mejor la decisión. Ahora, al margen de los resultados de la auditoría, da pie a todo tipo de especulaciones.

La gran diferencia de esta segunda etapa de la presidencia de Laporta es que no es tan libre como la primera. Por un lado, tiene a un CEO y unos ejecutivos que no están dispuestos a tragar con todo y, por otro, a unos avalistas que han dicho no a esta operación. No hay mucho más.

Crisis institucional

Lo peor que le puede pasar al Barça es que se desate una nueva guerra institucional. Laporta anunció unas pérdidas del último ejercicio de 487 millones de euros así que, Messi al margen, el que está realmente en peligro es el Barça. Es cierto que Laporta ha señalado directamente a la anterior junta directiva, pero seis meses después de las elecciones el Barça no puede entrar en un nuevo conflicto entre diversas corrientes de barcelonistas. Hay que ser transparentes, mostrar los números, las auditorías, las cuentas, los contratos... y si algo les parece delictivo hay que denunciarlo, y entonces que decida la justicia. Eso sí, déjense de insinuaciones.

La sensación de improvisación y desconcierto de estos últimos días no puede continuar así. El presidente intentó aclararlo todo en una rueda de prensa que duró una hora y veinte y donde respondió a 27 preguntas, pero Laporta, como Messi y el club, también pierde con la salida del astro argentino. Ahora sí que se ha acabado un ciclo. Solo unidos el Barça volverá a ser lo que era.