Un partido para la eternidad

El Barça ya está en 'semis' de la Champions tras eliminar al Madrid

El Barça ya está en 'semis' de la Champions tras eliminar al Madrid / JAVI FERRÁNDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Gallina de piel. Emoción en estado puro. Pasión barcelonista. El Camp Nou fue, más que nunca, un ‘clam’. El estadio blaugrana vibró en una tarde/noche histórica. Con un partido que significa el inicio de una nueva era para el fútbol femenino. El Barça merecía esta fiesta. Las heroínas del triplete tuvieron ayer su mejor recompensa. Un récord mundial de público para rendir homenaje a un equipo único. Un total de 91.553 culés se reunieron, a pesar de las inclemencias meteorológicas, para apoyar a unas jugadoras que hicieron realidad su sueño. Con el mítico capitán Carles Puyol en la grada, sentado al lado de su amigo y actual entrenador del Barça masculino, Xavi Hernández. Dos leyendas blaugranas rindiendo honores a unas futbolistas extraordinarias. Una imagen que habla por sí sola de la trascendencia del partido.

Un encuentro que fue una explosión de sentimientos que se inició con el apabullante recibimiento al equipo, que continuó con un gigantesco mosaico (repetido espontáneamente en varias ocasiones) y que culminó con un ambiente digno de un clásico de Champions. El Camp Nou se llenó de emoción y de fútbol. De fútbol de gran nivel. Con fiesta completa. Porque el Barça logró el que era su gran objetivo deportivo: ganar al Madrid y clasificarse para las semifinales de la Copa de Europa. 

El fútbol femenino se ha empoderado. Y ha demostrado que puede estar a la altura del masculino. Tanto en calidad como en interés social y mediático. El Barça ha sido el gran artífice de esta transformación. Y el Camp Nou se convirtió ayer en el escenario que mostró al mundo el cambio de paradigma. Con un espectáculo total. En las gradas. Y en el césped. Con una afición entregada. Y con un partidazo de altísimo nivel. Que acabó con una goleada blaugrana, pero que el Madrid compitió mostrando su enorme progresión. Fue maravilloso observar la reacción del público que llenaba las gradas tras cada gol del Barça.

La remontada culé fue la apoteosis perfecta de una jornada para recordar eternamente. Las lágrimas de muchas jugadoras blaugranas al final del encuentro fueron el reflejo de todo lo que se vivió en el estadio. La reivindicación, después de muchos años de lucha y de sacrificio, de un equipo que merece que el Camp Nou le abra las puertas de par en par cada semana. El partido de ayer no puede convertirse en un hecho aislado. Debe ser el primer paso hacia una normalidad que el Barça femenino merece. Que se ha ganado a pulso.