La pandilla de Gavi

Gavi, en el partido ante el Sevilla

Gavi, en el partido ante el Sevilla / Valenti Enrich

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Me da vértigo ponerle tanta responsabilidad en la menuda espalda de un niño que no es ni mayor de edad, pero es tan exageradamente bueno que hay que empezar a pensarlo. Sobre Gavi se puede empezar a reconstruir el nuevo Barcelona. Carácter ganador, competitivo, canchero, luchador aguerrido y, además, técnico. Vamos que lo tiene casi todo. 

Que un profesional como Xavi, con lo que domina este mundo, diga que esta generación puede ser mejor que la suya, aparte de posible postura para dar confianza a los chicos, son palabras mayores. 

En esa pandilla no entra De Jong, por lo menos de momento. No acaba de entender la alegría y la facilidad con la que juegan los chicos, y eso que generacionalmente no está tan lejos. Sería todo un éxito para Gavi y los suyos sumar a la causa a un jugador como el holandés. Podría ser este el desafío más importante para el grupo, una vez recuperado ya Dembélé para la causa.

Gavi es el líder, el que más arrojo tiene, el más aguerrido, va siempre a la lucha, y a pesar de su cuerpo menudo es tremendamente aguerrido. Por cierto, que se ha ganado una fama de ir al límite en cada jugada y, sin embargo, es un jugador que recibe muchísimas faltas, como por ejemplo en Sevilla donde Jordán trato sin éxito de imponer su experiencia, pero ni por esas se las vio y se las deseó para frenar su ímpetu. Bien harían los árbitros en mirar a esta pandilla del Barcelona sin fijarse en el carnet de identidad y protegerles tanto como a los veteranos.

El escudero es Nico: el guardaespaldas. Un fornido joven tan valiente como Gavi que no se rinde nunca. Entrega total y empuje generoso para ayudar siempre al grupo. Abde es el canchero. El tipo que se sabe todos los trucos y que no parece darle importancia a nada. Encara y encara y juega con sus rivales buscando como engañarles. Es un complemento ideal. Un trilero del balón. Una sorpresa agradable para el grupo.

Jutglà es ese chico con cara de gruñón que complementa magníficamente al resto. Se mete donde hace falta y se asocia con todos. Es ese compañero que siempre necesitas tener para en los momentos difíciles encontrar una asistencia. 

Balde es ese joven tímido con mucho talento que observa como los demás llevan la iniciativa y él espera en segunda fila su oportunidad, que por condiciones sabe que le llegará para sentirse importante en la pandilla.

Y luego están los mayores, Araujo y Mingueza. Son sus protectores. Dos portentos físicos para darle presencia al grupo. Se necesita a veces intimidar y tener planta para enfrentar a grupos o pandillas más fuertes físicamente. Son un complemento ideal para los más pequeños y ayudan a dar un paso adelante a todos. Y juntos forman la pandilla Gavi, la nueva hornada de cachorros blaugranas que empieza a ilusionar al barcelonismo apagado de los últimos años.

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