¿Y quién mira por el bien del Barça?

Goles Barça

Goles Barça

Albert Masnou

Albert Masnou

Eric Garcia fue la excusa para vivir una jornada más propia de una película de los hermanos Marx que de un club serio, correspondiente a la entidad más popular y (aún) la que más ingresa del mundo. El Barça necesita con urgencia un nuevo presidente cuya única prioridad sea el club y no un sinfín de satélites que persiguen su beneficio particular. El club está en una situación de debilidad desde la moción de censura que, al final, solo habrá servido para ganar una semana a lo que propuso Josep Maria Bartomeu (15 de marzo, la primera fecha válida según los Estatutos que permitía a su junta asumir todas las pérdidas ocasionadas por el covid sin que el presidente entrante se viera afectado. Todo para una “transición pacífica”).

Mal negocio fue esa iniciativa porque el club es hoy un pollo sin cabeza, que circula sin norte. Desde Tusquets, que eterniza su estancia de una forma inexplicable, a los candidatos que piensan más en ganar en las urnas que en el bien actual del club. También está la prensa, o al menos una parte. Cuando el club está en debilidad, los altavoces de la capital saltan al acecho buscando unos números económicos preocupantes obviando los del Madrid (¡901 millones!) o los resultados deportivos del equipo de Zidane, eliminado en enero de dos competiciones.

E incluso están los socios azulgranas, algunos de los cuales ya piensan en impugnar los comicios, porque los de Francia no podrán votar por no querer estar siete días de cuarentena a la vuelta de su país. ¿De verdad que el Barça se merece todo este show? ¿Hay que maltratar tanto al club? ¿No habrían de unirse para hacer frente a los enemigos y dejar esta sangrienta carnicería de hermanos? El Barça necesita con urgencia un nuevo presidente para que dejemos de dañar al club.

La clave: el club necesita nuevo presidente para que entre todos dejemos de ensuciar el escudo.