Cuando Messi quiere, casi siempre puede

Leo Messi quiere revivir la dulce sensación de levantar la 'orejona'

Leo Messi quiere revivir la dulce sensación de levantar la 'orejona' / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Es un partido a vida o muerte. Ser o ser en Europa. Un choque en el que el Barça está obligado a ganar, a dar la talla. Por prestigio, por dignidad, por orgullo. Otra cosa sería un fracaso impresionante que exigiría ceses y dimisiones. Un solo dato lo dice todo, desde el 2007 el Barça siempre ha superado los octavos de final de la Champions. Caer eliminados esta noche no entra dentro de los pronósticos ni de la lógica. Por presupuesto económico y la valoración de los jugadores, el equipo de Setién es superior.

El Barça sigue siendo el Barça de Messi y no tiene que tener miedo al Nápoles que ha terminado séptimo de la Liga Italiana a 21 puntos del campeón, la Juventus. Por mucha inquietud que despierte el encuentro de hoy en el desierto Camp Nou, no nos pasa por la cabeza que puedan perder. Sería un mazazo deportivo terrible y una pérdida de cincuenta millones en comparación a disputar la final. La vuelta de octavos de la Champions llega con cuatro meses de retraso por culpa del coronavirus. Pero esto no puede servir de excusa ni de justificante. Los fracasos ante el Liverpool, Roma y PSG tienen que servir de lección. Hay que apretarse los machos y jugar conscientes de que es el partido más importante de la temporada.

Insistimos, el Barça tiene la obligación de llegar a la final a ocho de Lisboa. El equipo de Messi es el que más partidos ha ganado en casa en los últimos años entre los grandes de Europa, lleva siete años sin conocer la derrota en Champions, la última fue el 2007 cuando en semifinales perdió con el Bayern en el Camp Nou. Hoy toca dar un puñetazo a los miedos y temores, el do de pecho que nos permita soñar que cinco años después Messi y compañía puedan volver a proclamarse reyes del continente. No debe asustarnos el Nápoles peleón y guerrero que prepara Gatusso. Un entrenador que solo juega de cara al marcador. Sus virtudes como futbolista, pasión, carácter y espíritu de sacrificio, son las armas que inculca a sus jugadores desde que cogió el equipo en diciembre, tras el cese de Ancelotti. Es de la escuela de Simeone, morir matando o lo que es lo mismo, contrarrestar con fuerza y garra la falta de técnica.

No es ningún secreto que el futuro del Barça más que nunca está en los pies de Messi, de su talento y acierto en el gol. De tener una buena o mala noche. De que los rivales le aten corto haciéndole la vida imposible o de que rompa todas las estrategias e imponga su ley. En estos partidos clave el equipo necesita mas que nunca a Leo. Setién debe organizar un sistema de juego para que los italianos no le puedan encerrar en una jaula con un  marcaje presionante. Por todo ello esperamos y deseamos otra noche gloriosa del crack, de aquellas en que se tira el equipo a la espalda. Hasta ahora no ha brillado con luz propia, solo lleva dos goles (Slavia de Praga y Borussia Dortmund) en competición europea. Hoy tiene la oportunidad de enterrar pasadas decepcione y quedarse a solo tres victorias de sumar otra Champions a su palmarés. Cuando Messi quiere, casi siempre puede.

¿CUANDO  VOLVEREMOS A VER EL CAMP NOU LLENO?

El 7 de marzo fue el último partido que los socios del Barça pudieron acudir al Camp Nou. Han pasado cuatro largos meses de abstinencia. Aquel día el estadio registro tres cuartos de entrada con victoria agónica con gol de Messi de penalti (1-0) que permitía mantener el liderato con dos puntos de ventaja sobre el Madrid. Quién nos iba a decir entonces que el confinamiento que llegaría seis días después significaría un parón liguero y la prohibición a largo plazo de la presencia de espectadores en los recintos deportivos. En circunstancias normales, hoy el estadio se registraría una gran entrada con más de 90.000 espectadores para ver la vuelta de la Champions. Sin embargo, por culpa del coronavirus nadie sabe cuándo se volverá a llenar el Camp Nou. 

Es la pregunta del millón, ni la Organización Mundial de la Salud, ni el Barça ni tampoco la UEFA son capaces de hacer una previsión. Por desgracia el Covit-19 está aquí para quedarse y hasta que encuentren una vacuna con garantías el futuro de los grandes eventos deportivos es pesimista. La Liga volverá a finales de septiembre sin espectadores y los optimistas dicen que si no hay brotes amenazantes de la pandemia, los estadios podrían acoger el 30% de su aforo por diciembre/enero. Parece evidente que la próxima temporada continuarán los controles y restricciones.

Quizás tengamos que esperar un año para volver a ver el Camp Nou lleno. Un grave perjuicio para la economía de los clubs y un castigo para los socios que puede repercutir negativamente en la afición al fútbol.