Messi no puede irse decepcionado del Barça

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Lluís Mascaro

Messi debe ser el líder futbolístico y espiritual del nuevo proyecto de Koeman. El Barça de los últimos 14 años no se entiende sin el crack argentino. El mejor futbolista del mundo (y, probablemente, de la historia) ha sido el hilo conductor de los triunfos blaugranas. Con su magia y con su influencia. Y eso debe continuar así. Hasta que Messi decida que su carrera deportiva se ha acabado. Un final para el que, afortunadamente, todavía falta.

Por eso, resultaba imprescindible que el capitán se reuniera con el entrenador para intercambiar opiniones. Es normal que el primer contacto de Koeman sea con Messi. Porque la participación (o no) de Messi en el proyecto lo condiciona absolutamente todo. Y es lógico que Messi acepte conversar con el técnico para conocer la idea que tiene del nuevo Barça. No se trata de hablar de la lista de altas y bajas. Sino de hacer un análisis de lo que ha pasado para llegar a este punto de descomposición y encontrar, juntos, salidas a la crisis.

El solo hecho de que Messi interrumpiera sus vacaciones para reunirse con Koeman ya dice mucho de las intenciones del crack argentino. Leo es culé. Como el que más. Y quiere lo mejor para el Barça. Quiere un proyecto ganador para volver a conquistar títulos. Y quiere ser feliz jugando a fútbol, cosa que últimamente no sucedía. 

Del contenido del encuentro entre Messi y Koeman ha trascendido poco. Solo lo que ya sabíamos todos: que el crack argentino está lleno de dudas y todavía bajo los efectos de la humillación en la Champions. Que sigue meditando su futuro. Aunque sin nada decidido, Pero la conclusión de la reunión no puede ser otra que un próximo acuerdo entre dos grandes barcelonistas para protagonizar la revolución que necesita el Barça para volver a ser campeón. Messi, que tiene un año más de contrato, no puede irse decepcionado del Camp Nou. Seguro que no lo hará...