Messi: La herida abierta que no para de sangrar

Leo Messi, rodeado de rivales

Leo Messi, rodeado de rivales / Panenka

Albert Masnou

Albert Masnou

El Santos apadrinó ayer el velatorio de la muerte de Pelé por tratarse del club en el que el crack brasileño estuvo toda su carrera deportiva. El nombre del Santos sale reforzado por esta vinculación única de ‘one man one club’ y, además, habrá sacado tajada económicamente desde que el jugador colgó las botas hasta su muerte.

De la misma manera que ha salido beneficiado la Federación brasileña porque unirte a un referente mundial de este calibre te permite vender camisetas, o merchandaising en general, hasta los últimos días de su vida. E incluso después.

Es algo que los clubs de hoy en día lo tienen claro, como también lo está haciendo Chicago Bulls con Michael Jordan o Los Angeles Lakers con Kobe Bryant. Contar, o haber contado, con una estrella es un valor difícil de cuantificar pero, sin duda, muy elevado.

En este sentido, el Barça ha dejado escapar una oportunidad de oro al echar a Leo Messi. El lamento aumenta ahora tras la consecución del Mundial y la futura elección de su octavo Balón de oro.

Es, precisamente en estos momentos, cuando sale a la luz un documental (’La nueva era’) en el que se recuerdan esos días de su adiós. Laporta lo explicó así: “Hacer una inversión del volumen que representaba la renovación de Messi implicaba riesgos. No queremos poner en riesgo a la institución y la única vía para tener margen salarial e inscribir a Leo Messi pasaba por aceptar una operación que no la vemos de ninguna manera poner durante 50 años un 10% de los derechos audiovisuales del club”. El club no lo aceptó y Leo se fue libre.

El tiempo acaba sacando a la luz aspectos perversos. Meses después de las palabras de Laporta, el club ha activado dos palancas y se ha gastado 200 millones de euros en fichajes: 1) El 25% de los derechos de televisión por 25 años, y 2) El 49% de Barça Studios.

Lo que no quería hacer en verano de 2021, lo ha hecho durante el 2022 y en el camino ha perdido a Leo Messi y ha fichado a una serie de jugadores para ocupar el sitio del argentino cuyo rendimiento , a día de hoy, aún está por ver.

El camino recorrido pone en duda (por decirlo de alguna manera) el acierto de la decisión de Laporta. Has perdido al mejor jugador del mundo, has activado las palancas que antes no querías activar y has fichado un sinfín de jugadores para reformar al equipo. El periodista Ernest Folch calificaba la marcha de Leo Messi como una herida abierta. Y en realidad el tiempo nos está demostrando que, lejos de cerrarse, no para de sangrar.