Lo de Messi depende

Leo Messi fue jugador del primer equipo del FC Barcelona entre 2004 y 2021

Leo Messi fue jugador del primer equipo del FC Barcelona entre 2004 y 2021 / Javier Ferrándiz

Carles Sans

Carles Sans

Llevo un par de artículos en esta sección en los que he dejado ver claramente mi reticencia respecto al posible regreso de Leo Messi. La idea de construir un nuevo equipo con gente joven y con dinámicas distintas choca frontalmente con la vuelta del crack argentino. Además, ahora se está dibujando un nuevo vestuario a partir de la ausencia de aquellas vacas sagradas que lo controlaron. Los amigos de Messi, como Luis Suárez, ya se fueron, y ahora deduzco que el vestuario se relaciona con buen rollo entre iguales. Prevalecerá la jerarquía que se le otorga al veterano, pero no existe el acatamiento moral que suponía tener el mejor del mundo a tu lado.

Messi fue durante tantísimos años en el Barça un jugador con brazalete de capitán, que resolvió innumerables partidos, y que sin embargo no lideró, como tal, tantísimas crisis deportivas e institucionales. Desde aquel whatsapp que le mandó un día a Bartomeu diciéndole que si quería bajar sueldos, se los bajara a los demás menos a él y a su amigo Suárez, me generó poca simpatía por alguien que es capitán y que, supuestamente, ama al club en el que se crió. 

Ya lejos del Barça hemos sabido por boca de su hermano que quiere cargarse a Laporta y que los catalanes son unos traidores, palabras que, a día de hoy Messi sigue sin ni siquiera tratar de justificar. Lo que no me parece normal.

Ahora bien, dicho esto, y como veo que es probable que pueda regresar si el Fair Play financiero y Tebas lo permiten, entonces tendré de confiar que su regreso sea beneficioso, siempre y cuando se cumplan algunos requisitos que a mi modo de ver deberían pasar por volver al club que le despidió con humildad y sin ánimo de venganza hacia una directiva, que no sé si ahora ya es amiga. Otra condición: correr en el campo. No le niego, Dios me libre, la profesionalidad a Messi, pero no soportaría verle caminar como tantas veces le habíamos visto en según qué partidos. Ahora tenemos un Barça entre iguales que corre, defiende y ataca a una, y eso ha de ser misión de todos. Otra condición: ha de rebajar sus pretensiones económicas al mínimo.

Si quiere ayudar al club de sus amores que lo demuestre haciendo un esfuerzo por venir. El cumplimiento de esas tres habrían de ser el mínimo exigible para que yo cambiase de opinión. Si Xavi Hernández, lo que no dudo, es capaz de mostrar su valentía imponiendo su rol de entrenador por encima del de amigo, si es capaz de sentarle si no responde a lo exigido, entonces puede que volvamos a disfrutar de pases al espacio, que ahora no se dan, de paredes con Lewandowski, que nadie la da, salvo Pedri cuando está, y puede que incluso nos marque algunos goles a balón parado que, desde que se fue, no hemos visto ni uno. Si todo esto se cumple, puente de plata al gran Messi y ojalá disfrutemos de su magia que, seguro, aún posee.