Mejor Barça y horchata Dembélé

Dembélé renovará por el FC Barcelona

Dembélé, con un principio de acuerdo con la Juventus / AFP

Carles Sans

Carles Sans

“Vamos por el buen camino, ahora no podemos aflojar”. Con estas palabras en un tweet, Carles Puyol definía lo que muchos culers pensamos al acabar el partido del pasado martes en el Sánchez Pizjuán. Sin hacer un gran partido el Barça mostró otra manera de jugar a la que nos tenían tan aburridos últimamente.

El equipo de Xavi salió desde el primer minuto a disputarle el balón al Sevilla, hasta el punto que el equipo andaluz no supo en la primera parte qué hacer con la pelota. A pesar del gol con que se adelantó el Sevilla, al Barça se le continuó viendo con ganas de competir.

El problema es que este equipo por muchas ganas que le ponga, especialmente los más jóvenes, a los que da gusto ver cómo se dejan la piel, le falta ese crack que marque la diferencia y te haga esa jugada que solo son capaces de hacer los jugadores únicos.

Hablando de cracks, si alguno creemos tener en disposición de hacer alguna genialidad, ese es Dembélé; sin embargo este chico estuvo desaparecido toda la primera parte y hasta los últimos minutos de la segunda, cuando el Sevilla se apelotonó en su área, apenas se le vio.

Dembélé será lo que quieran, pero le falta sangre, o como decía mi padre, la tiene de horchata. Apenas si defiende, le falta garra; Gavi podría prestarle un poco de la suya, brilla a cuentagotas y no parece que se implique como lo debe hacer un tipo del que tanto se espera.

Nos vamos a comer el turrón con un poco más de optimismo y con la convicción, como dice Puyol, de que vamos por buen camino. Xavi necesita tiempo y un poco de suerte, porque en Sevilla no la tuvo. Eso sí, lo mejor sigue siendo el descaro de los jóvenes y lo que menos me gusta es ver algunos viejos tics de pelota para atrás que practican algún defensa veterano.

Viejos tics de cuando el equipo no encontraba soluciones para salir jugando, que era casi siempre, y lo resolvían echando balones a Ter Stegen. Ahora, con un medio campo más ofensivo, existe la voluntad de llevar la pelota para arriba. Detalles nuevos frente a vicios viejos.