Luces cortas y largas para el Fórmula 1

Joan Laporta, durante la asamblea de compromisarios

Joan Laporta, durante la asamblea de compromisarios / FCB

Marc Menchén

Marc Menchén

El FC Barcelona es probablemente el club que peor parado ha salido de la pandemia entre los grandes de Europa. Una política deportiva llevada al límite económico con Bartomeu, unido al golpe de la Covid-19 al negocio y la fuerte limpieza de balance de Laporta, dejaron un agujero de 688 millones de euros en pérdidas antes de impuestos en dos años. La reestructuración se inició el año pasado, pero la recuperación no sólo pasa por recortar el gasto. Hacen falta muchos ingresos extraordinarios, y la venta de BLM, Barça Studios y una parte de los derechos de televisión es el mal menor.

La venta de activos deportivos (los futbolistas, vaya) era la vía ordinaria, pero también la que mayor competitividad resta y la que puede tener un impacto mayor en la generación de ingresos futuros. También la que socialmente le podría haber pasado una mayor factura. Además, en el caso de Studios y BLM suscribo lo comentado por el vicepresidente, Eduard Romeu, son ventas parciales que tienen sentido incluso en un momento de bonanza económica, pues la entrada de un socio industrial puede maximizar el valor de ambos proyectos.

El juicio sobre si han resultado buenas o malas operaciones deberá esperar a que se concreten las condiciones de cada una de ellas y se puedan comparar con las alternativas que ha habido sobre la mesa desde hace un año. Las razones para apurar a quince días del cierre contable no han quedado claras, sobre todo sabiendo que las pérdidas para 2021-2022 pueden irse a más de 150 millones y esto se sabía desde enero.

De hecho, no fue hasta este lunes cuando se firmó un primer acuerdo de exclusividad con una firma de inversión basada en Reino Unido para intentar cerrar antes del 30 de junio la venta de un primer 10% de los derechos de televisión. Nadie ha desmentido lo que es un hecho, que antes de la junta directiva del 31 de mayo, el principio de acuerdo y por la operación que se había negociado era con LaLiga y CVC para la parte de derechos audiovisuales y el consorcio Investindustrial-Fanatics para el retail. Por Barça Studios, que debía dar 50 millones este año, no hay nada.

Ahora toca buscar alternativas que no han surgido en todo el año en apenas mes y medio. Ojalá surjan y permitan generar los recursos necesarios para que el Fórmula 1 del Barça vuelva a carburar. Eso a corto plazo. A medio, espero que no oculte la aún necesaria reducción de masa salarial y situar los costes al mismo nivel que los ingresos. Jugárselo todo cada año al mercado de fichajes fue el gran error.