Koeman y el 'dile que es Pelé'

Koeman, durante el encuentro disputado en el Sánchez Pizjuán

Koeman, durante el encuentro disputado en el Sánchez Pizjuán / Javi Ferrándiz

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Una de las anécdotas más divertidas del catálogo futbolero la protagonizó el entrenador del Partick Thistle, el tercer equipo de Glasgow, siempre a la sombra de Rangers y Celtic.

En un partido de la Liga escocesa de la temporada 1992-93, Colin McGlashan, delantero del Partick, chocó con un rival y quedó aturdido. El masajista corrió a atenderlo y lo sacó del campo. Desde el banquillo preguntaban cómo iba la cosa. “¡No sabe quién es!”, gritó el masajista.

“¡Perfecto, pues dile que es Pelé y que vuelva al campo!”, respondió el entrenador, John Lambie.

Lambie era una especie de Brian Clough en versión modesta, autor de frases ocurrentes que hoy serían censuradas por los abanderados de lo políticamente correcto, pero su idea del mensaje de Pelé tiene un calado que podría aplicarse al discurso que Koeman trasladará hoy a sus jugadores. 

VENIRSE ARRIBA

Se trata de creerse mejor de lo que realmente se es durante 90 minutos. No se trata de arrogancia ni de soberbia, sino de crecerse ante un rival teóricamente más potente, con más recursos en el campo y en el banco (pero no en historia ni en jerarquía europea). 

Dentro del partido ante el PSG habrá otros mil partidos: uno de ellos será el pulso de la confianza. Ese balón dividido que gana el que más lo pelea, ese sprint que puede marcar la diferencia entre un gol o un despeje, ese metro de más o de menos que puede empezar a decidir la eliminatoria. Ahí entra en juego la cabeza, y aunque el Barça no tenga a ningún Pelé más allá de Messi, tiene recursos para complicarle la vida al Paris Saint-Germain. Es cuestión de creérselo. Y Koeman, que ha vivido situaciones de todo tipo, parece el entrenador idóneo para emitir ese mensaje.