La ilusión es compatible con el esfuerzo

El hijo de Quique Setién: "Entrenar al Barça es la ilusión de su vida"

Quique Setién, en su presentación como nuevo entrenador del FC Barcelona / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Quique Setién no tiene nada que perder. Va a vivir su sueño de entrenar al Barça con la máxima intensidad. Y con la máxima responsabilidad. Sin renunciar a su ideario futbolístico. Con el 'cruyffismo' por bandera. Y con su particular metodología que, por supuesto, no tiene nada que ver con la de Valverde. No es mejor ni peor. Es la suya. Pero Bartomeu le ha fichado (y le ha dado dos años y medio de contrato) porque considera que ahora puede ser mucho más efectivo el plan de Setién (más trabajo, menos prebendas, más intensidad...) que el de Valverde (autogestión y condescendencia).

El nuevo impulso imprescindible para cambiar la dinámica negativa en la que estaba sumido el Barça está representado por la modificación de distintas rutinas que Setién ha introducido desde su llegada al Camp Nou. Desde entrenamientos más fuertes hasta pequeños detalles como no dar la lista de convocados hasta unas horas antes del partido. El nuevo técnico blaugrana admira profundamente a la plantilla del Barça por su calidad, pero sabe que este vestuario necesita un líder ideológico (el futbolístico, por supuesto, es Messi) que guíe al equipo hacia la recuperación del buen juego y los títulos. Un líder fuerte. Sin miedo. 

La 'mano dura', por supuesto, no está reñida con la ilusión y hasta el buen rollo. Y solo falta ver la fotografía que publicamos hoy en nuestra portada para entender esta compatibilidad. Quique Setién que, como decía, no tiene nada que perder, viene a divertirse entrenando al Barça. Y viene a disfrutar viendo a jugar a su equipo. Pero también viene a ganar. Porque jamás ha conquistado  un título como entrenador. Y esa ambición es la que intentará reinculcar a una plantilla que está saciada de triunfos. Los futbolistas (con Messi a la cabeza) son los que, al final, ganan o pierden partidos. Y serán ellos los que harán bueno (o malo) el cambio de Valverde por Setién en las próximas semanas. No habrá que esperar demasiado para ver si la nueva apuesta de Bartomeu funciona.