Hasta siempre y hasta pronto

Sergio Busquets, en su despedida del Camp Nou

Sergio Busquets, en su despedida del Camp Nou / Valentí Enrich

Rubén Uría

Rubén Uría

Labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas y a pañuelo de estación. Como canta el maestro Sabina, el socio se estremeció en una noche de despedidas. El barcelonismo sacó el pañuelo para decir hasta pronto a su casa y hasta siempre a dos leyendas. Siempre se suele decir que las despedidas nos hace valorar a los que se marchan. Anoche fue así. Fue una ceremonia de emociones, recuerdos, nostalgia, reconocimiento y agradecimiento.

Dicen que el que busca la gloria debe despedirse a tiempo del honor y dominar el difícil arte de saber irse en el momento oportuno. Sergio Busquets, el mejor mediocentro de la historia de España, y Jordi Alba, el mejor lateral zurdo que ha dado nuestro fútbol, tuvieron la despedida que se merecían. Por la puerta grande. Tuvieron la grandeza que Johan Cruyff siempre reclamó para querer bien al club. Se preguntaron qué podían hacer ellos por el Barça y no qué podía hacer el Barça por ellos.

Consumado el adiós voluntario de Gerard Piqué, otro mito blaugrana, ‘Busi’ y Jordi vivieron su gran noche. Dos símbolos, dos referentes para toda una generación y sobre todo, dos amigos, con toda la grandeza que entraña esa palabra, representaron sobre el césped una noche especial y un cambio de ciclo palmario. Su adiós escenifica el cierre de una etapa excepcional, abrochada con un título de Liga que reconquista el perfil ganador del club. El fútbol, que es el mejor relato de la vida, nos enseña a decir adiós a la gente que queremos, sin sacarlos de nuestro corazón. Alba y Busquets, durante media vida, se han ganado una parcelita en el corazón del hincha, porque el buen culer jamás podrá sacarlos de su corazón. Los dos se van con un título bajo el brazo.

Esta ha sido la palanca emocional que necesitaba un aficionado deprimido. Debe ser la primera piedra para reconstruir el club y recuperar la ilusión. En verano el Barça estará obligado a más. A elevar el listón de su exigencia. A volver a pelear por todo. La carrera de obstáculos no ha terminado. La hoja de ruta es ineludible: Multiplicar ingresos, rebajar masa salarial, regatear el ‘fair play’, mudanza a Montjuic y la reconstrucción de nuevo estadio supondrán un reto descomunal para presidente, junta, cuerpo técnico y plantilla.

En un club que no espera a nadie, el desafío crecerá exponencialmente. Primero, habrá que consolidar el reinado doméstico. Y segundo, habrá que pelear por recuperar el prestigio europeo. Volver a pelear por todo. Anoche el Barça cerró un ciclo, pero su exigencia seguirá siendo máxima. Hasta siempre, Sergio Busquets. Hasta siempre, Jordi Alba. Hasta pronto, Camp Nou. La historia nunca dice adiós. El Barça sigue. Y su tiempo siempre es un hasta luego.

HASTA SIEMPRE, JORDI

Se va un grande. Un tipo que merece respeto. Se va Alba. Y con él, se van sus galopadas, goles, asistencias y aquella química brutal con Leo Messi. Se va una leyenda del Barça y de la selección. Se va por voluntad propia, sin tener nada firmado con ningún equipo, perdonando dinero y siendo más culer que el palo de la bandera. Hasta siempre, Jordi.

HASTA SIEMPRE, SERGIO

Se va un monumento al fútbol. Dice adiós el mejor mediocentro que hayamos visto jamás. Se va Busquets. Se va una leyenda del Barça y de la selección. Se va cuando podría seguir. Se va en lo más alto. Deja un recuerdo eterno, el de un genio que tuvo un GPS en el cerebro, una computadora en la cabeza y un pie privilegiado. Hasta siempre, Sergio.