Opinión

Gundogan y su manera de funcionar

Ilkay Gündogan, en una acción del FC Barcelona - PSG

Ilkay Gündogan, en una acción del FC Barcelona - PSG / Valentí Enrich

El palo de Araújo a Gundogan se va a solucionar esta misma mañana en el reencuentro del equipo a los entrenamientos tras el KO de París y para preparar el partido contra el Real Madrid. Las declaraciones del alemán sentaron fatal a un parte del grupo por considerarlas un ataque directo y, según su manera de entender el comportamiento de un futbolista, una manera incorrecta de abordar las crisis.

No es la primera vez que esto pasa con Gundogan porque ya se vivió algo parecido después de una derrota contra el Real Madrid. Entones señaló la poca tristeza que había en el vestuario tras una derrota así. Ahora señala los culpables de los errores que costaron la clasificación para las semifinales de la Champions League.

El principal problema es cultural. Los jugadores latinos, sudamericanos y españoles, acostumbran a ser más partidarios de no poner el dedo en la llaga tras un resultado así, esperar a que todo se vaya poniendo a puesto y luego analizar los errores. Los jugadores nórdicos no asumen esta manera de funcionar.

Müller, en un partido con el Bayern

Müller, en un partido con el Bayern / CHRISTOF STACHE (AFP)

Otros casos

De la misma forma que Muller es capaz de criticar a sus compañeros del Bayern por una mala actuación (“A este equipo le faltan cojones”, dijo), Gundogan hace lo propio ya sea con los del Barcelona o la selección alemana (“Mis compañeros no querían la pelota”, señaló). Es un tema cultura de los jugadores nórdicos y nada nuevo en el universo Barcelona pues solo hay que recordar casos como el de Frank de Boer cuando retrató a su compañero Robert Enke (“En el primer gol, Reiziger no estuvo bien y yo, que estaba muy cerca de la portería, tampoco. Pero lo que está claro es que el portero tenía que haber salido, y no lo ha hecho”, dijo).

Esa frase, tras una eliminación copera acabó siendo un torpedo en el vestuario azulgrana y, vete a saber cómo afectó al propio meta alemán que ya jugaba poco y desde entonces Van Gaal aún le sacó menos.

Los nórdicos son así. Esto no quiera decir que no sea correcto porque lo que dijo Gundogan son verdades como templos. La actuación de Araujo sentenció al Barça, la de Koundé le envió a la cruz y la de Cancelo lo mató. De eso hoy se hablará en el vestuario en la reunión de urgencia que mantendrán.