Griezmann, por fin, ha llegado... ¿para quedarse?

Griezmann celebra con Messi y Pedri el gol al Villarreal

Griezmann celebra con Messi y Pedri el gol al Villarreal / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Griezmann, por fin, ha llegado. El delantero francés está ofreciendo su mejor versión casi dos años después de su fichaje. Ha marcado seis goles en los últimos siete partidos (incluido el doblete salvador ante el Villarreal) y está protagonizando estadísticas de crack. Justo lo que se esperaba de él cuando se pagaron 120 millones de euros al Atlético por su cláusula de libertad. El rendimiento de Griezmann ha mejorado claramente con respecto a la pasada temporada. Con Valverde/Setién marcó 15 goles y dio 5 asistencias en 48 partidos. Con Koeman ya lleva 18 tantos y 11 asistencias en 45 encuentros y todavía faltan seis jornadas de Liga por disputar. Y eso que con el técnico holandés ha tenido sus más y sus menos con respecto a su posición en el campo... Es verdad que Griezmann todavía está lejos de los registros que ofrecía como colchonero (marcó 133 goles y dio 50 asistencias en 257 partidos), pero hay que reconocer que ha dado un paso al frente cuando más se le necesitaba. Porque la aportación del francés complementa perfectamente la magia de Messi y está ayudando al Barça a acercarse a ese doblete soñado. Y no solo con goles, sino también con su trabajo constante en cualquier momento del partido. 

El barcelonismo ha sido extremadamente exigente (incluso, puede, que injusto) con Griezmann. Pero es el que el francés ha pagado los errores propios (el polémico documental ‘La decisión’) y los ajenos (Bartomeu desestimó recuperar a Neymar para ficharle a él). Tampoco le ayudó llegar al Camp Nou en tiempos tan convulsos. La reconciliación con los socios, los aficionados, el entorno y los medios de comunicación solo llegará a través de los goles y los títulos. Aunque ni eso le asegura la continuidad en la plantilla de la próxima temporada: este verano volverá a estar en el mercado. El Barça necesita dinero (mucho dinero) para fichar un delantero centro. Y Griezmann (como Dembélé) puede ser carne de traspaso. Ahora que, por fin, había llegado...