El grave error de/con Heurtel

Thomas Heurtel, junto a Sarunas Jasikevicius antes de su 'divorcio'

Thomas Heurtel, junto a Sarunas Jasikevicius antes de su 'divorcio' / Javi Ferrándiz

Marc del Río

Marc del Río

Dicen que las vacaciones son para desconectar. Y más cuando hay que cargar pilas para afrontar una Copa del Rey cuya celebración está a la vuelta de la esquina. Vendrán días cargados de baloncesto y de mucho trabajo. Consciente de ello, no se me ha ocurrido otra cosa que devorar Euroliga y ACB desde el sofá de casa, y de leer, también, sobre la misma temática. Deformación profesional o masoquismo, se puede catalogar de cualquier manera.

En esos momentos de lectura, topé con una entrevista en 'Jot Down Sport' de Javier Ortiz a Nacho Rodríguez, exjugador de baloncesto, entre otros, de Unicaja y FC Barcelona. Aquí no hay competencias que valgan, os recomiendo encarecidamente su lectura. El periodista de El Periódico de Extremadura, tal y como me explica mi compañero David Rubio, lleva a cabo una charla tremendamente interesante en la que repasa, más que su trayectoria, su vida. Un recorrido por el mundo del deporte y del baloncesto, desde las pistas hasta los despachos.

Pero, en este momento, me quiero centrar en el testimonio de Nacho Rodríguez sobre el incidente con Thomas Heurtel en el aeropuerto de Estambul, a finales de 2020. Han pasado ya más de tres años, y queda claro que es una una 'comidilla' que siempre se podrá tirar desde la capital, y que acostumbra a ser la respuesta más lamentable que se suele dar desde allí cuando se recuerda el despido de Pablo Laso.

Centrémonos, dejando algo claro: a Heurtel no se le abandonó a su suerte y fortuna en un aeropuerto turco, en pleno repunte pandémico y a más de 2.200 kilómetros de su casa y su familia. El Barça decidió que el jugador francés no subía al avión de vuelta junto al resto de sus compañeros, pero se le dio una habitación de hotel y un billete de avión para el día siguiente. Creo que es algo que debe quedar claro, y una vez asimilado, valorar que fue una pésima decisión. La sorpresa viene cuando Rodríguez, en su versión, culpabiliza a Sarunas Jasikevicius y a su staff de haber tomado la decisión de que el galo no regrese con el resto de la expedición, algo a lo que él se negaba. "Nacho, que se quería ir al Madrid, con lo que ha hecho se tiene que quedar en Estambul", dijeron el técnico lituano y su staff. "Saras, no podemos mezclar las dos cosas, tiene que viajar sí o sí", espetó Rodríguez. La realidad ya sabemos cual fue, y una cosa queda clara con esta versión: Jasikevicius fue el culpable, pero Nacho Rodríguez, el responsable. "Estoy muy arrepentido, fue un gravísimo error", cuenta el malagueño. Le honra.

El Barça se equivocó, y Nacho Rodríguez no puede ser más claro. Pero, ¿el club azulgrana fue el único malo de esta película? Desde luego que no. En junio de 2022, y tras marcharse sin pena ni gloria del conjunto blanco, en un año manchado por su 'juerga' en Atenas que le apartó del equipo en el tramo final de la temporada, Heurtel admitió a 'L'equipe' que había ocultado al Barça su negociación por el eterno rival. "Mis antiguos agentes estaban negociando una salida. Estaban hablando con el Madrid, yo lo sabía, pero no el Barça, que pensaba que iba a fichar por el Fenerbahçe. Debí negarme a viajar a Estambul, poner mis cartas sobre la mesa, decir la verdad sobre con quien estaba negociando, incluso si eso significaba correr el riesgo de que el Barça rechazase hacer la operación. El club siempre había sido claro y justo conmigo", explicó.

Thomas Heurtel fue el 'MVP' de la Copa de 2019

Thomas Heurtel fue el 'MVP' de la Copa de 2019 / ACB

Tras una trayectoria marcada por salidas polémicas tanto de Baskonia como de Anadolu Efes, Heurtel había encontrado su sitio en Barcelona. Antes de la llegada de Jasikevicius, se había convertido en uno de los líderes del equipo. Era querido por la afición azulgrana, que le había convertido en uno de sus ídolos. La llegada del técnico lituano cambió su rol en el equipo, pero la traición y las formas perdurarán en el tiempo. Una historia cargada de errores por ambos lados que dinamitó un final muy lamentable, y que con las brasas todavía calientes, evitó tener paciencia y dar un voto de confianza a Mario Hezonja, que regresaba meses más tarde de la NBA y del que el Barça pasó. El año pasado, de blanco, campeón de Europa. Ese ya es otro artículo, pero mi más sincera enhorabuena a todas las partes.