El Girona echa un cable al Barça

El equipo de Xavi sale ganando en esta jornada, lo que certifica que en el fútbol nada es eterno

En la Champions, el equipo no ha estado a la altura. Su papel ha sido tristísimo

Los jugadores del Girona celebran su gol en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid

Los jugadores del Girona celebran su gol en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid / EFE

Albert Masnou

Albert Masnou

Lo que es el fútbol. Existió la posibilidad de empatar en Valencia y quedarte a cinco puntos del Madrid para acabar la jornada a solo un punto de desventaja en la clasificación tras el empate del Madrid y el gol de Lewandowski en el último suspiro. El Barça sale ganando de esta jornada lo que certifica que en el fútbol nada es eterno. Ni hay verdades absolutas. En cambio, sí que hay dinámicas. Transcurrida una cuarta parte de la Liga, el Barça tiene la certeza que competirá por la ella, que plantará cara hasta el final y que llegará al parón mundialista con relativa tranquilidad pese a la decepción europea. Eso ya es harina de otro costal.

En la Champions, el equipo no ha estado a la altura. Su papel ha sido tristísimo. Una eliminación que ha abierto las dudas en el club. El presidente Laporta es señalado por vender humo antes de tiempo, inundando el barcelonismo de una ilusión infundada. La dirección deportiva por fichar por doquier jugadores que no dan rendimiento... pese a que algunos han costado por encima de los 50 millones. También por tener a tres laterales izquierdos que hoy están en la prelista de Luis Enrique. Xavi, señalado desde las propias entrañas del club por tener un “staff débil” o porque “su mensaje no llega al vestuario”. Y los jugadores por no saber competir cuando el guión y el escudo lo exige. Todos salen tocados del KO en Champions League, una eliminación que escuece mucho, sobre todo porque llueve sobre mojado.

Agriada por decepciones acumuladas durante los últimos años, la afición está escamada y va teniendo consciencia que la realidad del club es una muy diferente a la disfrutada durante un pasado no tan lejano. El cambio no ha sido tan drástico como nos lo habían pintado y toca armarse de paciencia para volver a reverdecer viejos laureles.

Hay decisiones erróneas que han mermado extremadamente al equipo. Decisiones nefastas para la entidad. La más evidente fue la marcha de Leo Messi, que hoy triunfa en Francia y en la Champions, mientras el Barca competirá por segunda vez en la Europa League. Dos años sin Leo, dos años en la segunda categoría europea. Y ya sin contabilizar las pérdidas económicas por su salida a nivel de sponsors que no han seguido. Todo por ahorrarse un gasto que sí se ha hecho con jugadores que no han logrado llenar su vacío. Ni lo harán. El camino emprendido permitió la pasada temporada acabar segundo. En la presente en mirar solo un poco más lejos.