La figura de Xavi es incuestionable

Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona

Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Un año después de la llegada de Xavi al banquillo del Barça, la figura del técnico blaugrana es indiscutible a pesar de que los títulos todavía no han llegado y de que la doble eliminación en la fase de grupos de la Champions ha significado un fracaso deportivo y una ruina económica. Xavi es incuestionable y tiene la confianza absoluta de Laporta, quien le definió en su última entrevista en Barça TV como “el mejor entrenador del mundo”. Coincido con el presidente en que Xavi está destinado a hacer historia, pero creo sinceramente que sigue todavía muy lejos de Guardiola o Luis Enrique, por poner solo dos ejemplos de técnicos brillantes que han ganado un triplete en el Camp Nou. Xavi, sin duda, tiene muchos argumentos a favor. Pero él mismo es consciente de que acaba de iniciar su carrera en un club de élite. Con una exigencia tremenda. Y con urgencias.

El Barça necesita ganar de forma inmediata para que la ilusión generada con el nuevo proyecto no se desvanezca. No hay margen de error. Ni tiempo para transiciones. Las victorias son una emergencia. Y Xavi (como Laporta) asumen esta obligación imperiosa. La Liga es, sin duda, el objetivo. El Barça es capaz de ofrecer la regularidad que demanda la competición. Lo ha demostrado en el primer tercio de la temporada: 12 victorias en 14 partidos, con solo un empate (ante el Rayo, en la primera jornada) y una derrota (en el Bernabéu). La solidez mostrada por los blaugranas en la Liga (33 goles a favor y solo 5 en contra) contrasta, desgraciadamente, con la fragilidad mostrada en Europa. Pero permite ser optimista en ese ‘cara a cara’ con el Madrid en la lucha por un título que será cosa de dos.

El Barça jugó su último partido el 8 de noviembre. Y no volverá a jugar hasta el 31 de diciembre. Habrán sido 53 días sin un encuentro oficial. Casi dos meses, con un Mundial de por medio, que obligan a toda la plantilla a reconectarse con la realidad de la competición de clubs. La Copa del Mundo ha sido, por supuesto, apasionante. Pero los aficionados ya tienen ganas de volver a ver a sus equipos en acción. Y en el caso del Barça existe la expectativa de saber si podrá mantener la eficacia mostrada hasta el parón. El Espanyol será el primer examen para los blaugranas. Una buena prueba de fuego sin Lewandowski, que está injustamente sancionado con tres partido de castigo. Veremos como Xavi gestiona la ausencia de su mejor goleador. ¿Habrá llegado el momento de Ansu?