Opinión

El extraño caso de Vitor Roque

Vitor Roque, en un entrenamiento con el Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

Vitor Roque, en un entrenamiento con el Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. / EFE

Alguien debería dar explicaciones sobre todo lo que está ocurriendo con Vitor Roque. Dejando de lado si está o no preparado para jugar, decidirlo es labor del entrenador, la falta de humanidad es realmente preocupante. Que a un chaval de 18 años se le ponga en esta tesitura sin él buscarlo, demuestra, una vez más, que donde hay grandes negocios, hay poca empatía.

Resulta extraño que, en un Barça en plena crisis deportiva y económica, nadie haya salido a dar explicaciones sobre lo que está aconteciendo: tras una inversión de números estratosféricos, que el planteamiento sea cederlo o venderlo después de unas pocas semanas de su llegada y sin haberle dado la más mínima oportunidad, lo más lógico sería que alguien saliese a hablar y lo más sano, en caso de que las explicaciones escondan algo más oscuro, es que alguien dimitiese.

Oscuro sería que hubiera intereses secretos escondidos o que el fichaje se haya hecho a espaldas del cuerpo técnico por el arrebato y el capricho de alguna persona. Pero como en Can Barça no existe día en que la mala praxis comunicativa no salga a relucir, dudo mucho que se esclarezca nada sobre este asunto. Mientras unos discuten sobre si es un fichaje acertado o no, mientras las culpas van saltando de un tejado a otro, el gran perjudicado más allá del club, es el propio jugador.

Vitor, que pudiendo elegir entre un gran abanico de grandes clubes, eligió a un Barça en decadencia, se decantó por su sueño y por el amor a este club. Como un niño emocionado, llegó a Barcelona con el propósito de dejar huella: en su primer partido como suplente, lo pudimos ver tarareando el himno del Barça como un aficionado más. Tras su primer gol y frente las cámaras de la televisión, Vitor hizo una declaración de amor al equipo de su vida, y como un niño pequeño sobrepasado por las emociones, mostró a todos los culés que había llegado para cumplir el sueño de su vida: triunfar en el Barça.

Pero esta historia parece abocada a terminar de la peor de las maneras, con un chico destrozado y con una afición enfadada por la gestión pésima de este fichaje. Sin entender el motivo e indignados por este incomprensible mal fare, los culés pedirán -justamente- la cabeza de alguien. ¿Quién es el culpable? ¿Quién ha salido beneficiado con todo esto? ¿Es Xavi el que tiene cruzado al jugador por algún motivo que desconocemos? Como en este club parece ser que no podamos salir de un agujero sin meternos acto seguido en otro, tengo grandes dudas de que algún día recibamos respuestas a estas preguntas.

Mientras tanto, Vitor Roque será uno más de esos niños prodigiosos destrozados por culpa de 4 ineptos. El problema es que esta trituradora empieza a ser algo habitual en Can Barça.  

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