Este Barça no da para más...

Messi, en un lance del partido contra el Atlético

Messi, en un lance del partido contra el Atlético / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça vive en una convulsión interminable. En una de las temporadas más complejas de su historia, con crisis institucionales, económicas y deportivas, resultaría casi un milagro ganar la Liga. Por no hablar de la Champions. Pero el club blaugrana es tan complejo, tan diferente, tan especial, tan único, que incluso en las situaciones más inverosímiles es capaz de sorprendernos con grandes triunfos.

No hay más que recordar lo que sucedió en la temporada 2014-15, con el enfrentamiento entre Messi y Luis Enrique tras el episodio de Anoeta que acabó con el segundo triplete de la historia blaugrana. La situación recuerda mucho a lo sucedido hace ya cinco años, con una diferencia muy importante: este equipo ya no tiene un tridente implacable y su rendimiento futbolístico está muy por debajo del que ofreció cuando ganó la Copa de Europa en Berlín.

La división entre Quique Setién y los futbolistas, que explotó el sábado en Vigo y quedó ‘aparcada’ el lunes con la mediación de Bartomeu, es solo un síntoma más de la pésima gestión deportiva de los últimos años. Es, sin duda, la culminación de un proyecto fracasado. La confirmación de un ‘fin de ciclo’ que obliga a una revolución. Una renovación total de la plantilla que, lamentablemente, no podrá llevarse a cabo  este verano por falta de dinero. Así, el Barça seguirá agarrándose a Messi y suplicando una reacción de las ‘vacas sagradas’, que cada vez costará más de llegar.

Lo vimos anoche ante el Atlético. En un partido en el que el Barça se jugaba la Liga, los blaugranas intentaron resucitar. Se pusieron las pilas, recuperaron el ritmo y Messi se reencontró con el gol: alcanzó su tanto 700 en su carrera profesional con un penalti 'a lo Panenka'. Pero no fue suficiente. En un partido tan intenso como emocionante, marcado por los penaltis (tres en total), se escaparon otros dos puntos y puede que también, de forma definitiva, la Liga. Este Barça no da para más...