El Espai Barça, en manos del turismo y la empresa

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Marc Menchén

Marc Menchén

A principios de 2023 apuntábamos en esta columna una idea radical para maximizar los ingresos del FC Barcelona mientras dure la mudanza al Estadio Olímpico de Montjuïc: que la prioridad de adquisición de asientos fuera para los turistas dispuestos a pagar el precio general por ver un partido de fútbol de forma puntual, y que el sobrante fuese lo que se repartiera entre los socios. Vistos los precios de los abonos planteados para el próximo año, creo que la crítica social sería similar y el potencial de recaudación mucho mayor. Lo digo yo, pero también el informe de Legends para avalar la viabilidad económica del Espai Barça.

La información de ese estudio, disponible a través de los informes de las agencias de rating, no deja lugar a dudas. Si el Camp Nou puede facturar casi 350 millones de euros anuales a partir de 2025-2026 no es porque, en principio, vayan a subirse los abonos. De hecho, el plan de negocio establece que estos sólo suban un 1% interanual, independientemente de lo que haga la inflación. Los planes cambian, y tampoco sería descartable que sí se acabe revisando al alza la política de precios. A mejor servicio -esperamos que también fútbol-, todo más caro.

Eso es lo que dice el informe para justificar la fuerte subida de la taquilla general, confiando también en la plena recuperación del turismo internacional. Catalunya está en disposición de recibir más de 15 millones de visitantes cada año, y su poder adquisitivo es lo que seduce. Para ellos, los precios de una entrada normal estarán entre 45 y 70 euros en la zona más barata, hasta más de 110 euros por tíquet en tribuna y lateral. Es una subida del 15% respecto a lo que había ahora, y después se irán aplicando subidas del 2% interanual. Por ello, se aspira a que el ticketing aporte un 26% más, hasta 73,8 millones al año, por encima de los 50 millones de los abonos.

La consultora estadounidense, que se ha metido de lleno en el negocio del estadio del Real Madrid, también considera que el futuro del Espai Barça pasa por las zonas de hospitalidad y los eventos, sobre todo porque Barcelona, además de ser un destino de viajes muy popular, es el segundo centro económico de España tras la capital. Ahí, el salto es de casi tres veces, hasta 95 millones, mientras que el museo subiría a casi 80 millones.

Es decir, que casi 250 millones del Espai Barça -pienso que hay cierto optimismo en las cifras de ocupación-, el 75% de los ingresos que deben ir a pagar la deuda, dependerán de turistas y empresas que monten eventos. Así que larga vida al turismo y una pronta recuperación económica.

PINCHAZO EN LA 'SELECTIVIDAD' PARA LOS AGENTES

Uno de los eslabones donde la Fifa aspira a una mayor profesionalización es en el de los intermediarios. Convertidos en unos de los principales dinamizadores del mercado de fichajes, el regulador mundial quiere que estén obligados a cumplir una serie de requisitos y, sobre todo, pasar al menos un examen en el que demuestren conocimientos sobre la regulación del sistema. Y los resultados de la primera hornada de candidatos deja mucho que desear: sólo un 52% aprobaron el test para poder ser agentes homologados.

Un total de 6.586 candidatos solicitaron inicialmente poder contar con licencia, pero al examen sólo se presentaron 3.800 personas y únicamente 1.962 han aprobado. Las reválidas para los suspendidos llegarán en septiembre de 2023 y mayo y noviembre de 2024. Lo triste de todo esto es que el examen es sobre cuestiones que quienes llevan años operando deberían conocer a la perfección: regulación del estatuto del jugador y los traspasos; los distintos estatutos y códigos de conducta de la Fifa, así como la nueva regulación que establece las normas del juego para los agentes. En un negocio de 600 millones de dólares anuales, el suspenso a más de uno le va a salir caro.