Un equipo muerto

El Barça volvió a perder en el Camp Nou en Champions. No lo hacía desde mayo de 2013 contra el Bayern Múnich (0-3)

El Barça volvió a perder en el Camp Nou en Champions. No lo hacía desde mayo de 2013 contra el Bayern Múnich (0-3) / JAVIER FERRÁNDIZ

Rubén Uría

Rubén Uría

UN EQUIPO MUERTO. El Barça sigue empeñado en acelerar su descomposición. El club chapotea en la crisis institucional y presenta heridas deportivas de gravedad extrema. La puesta en escena ante la Juventus fue, por usar un eufemismo cariñoso, una vergüenza. De haber habido algún forense en el Camp Nou, habría podido hacer una autopsia para comprobar que este equipo, metafóricamente hablando, está muerto. Sin fútbol, sin piernas, sin alma, sin defensa y sin nada decente que llevarse a la boca salvo las intentonas de Messi, el Barça rubricó otro terremoto. Un 3.0 en la escala de aquel seísmo del 8-2 de Lisboa.

En diciembre, el equipo da síntomas de haber dimitido, el entrenador de haber sido superado y el club, de seguir pagando la peor gestión de su historia contemporánea. Mientras el aficionado clama contra una burocracia que impide unas elecciones urgentes y necesarias, el Barça se ha convertido en carne de meme. El Barça está en la UCI. Como todo está bien, que sigan culpando a Messi, que se ha pasado años haciendo milagros, tapando las vergüenzas de una directiva infame y sosteniendo a todo un club herido de muerte. Y estamos en diciembre.

CON LA MALETA LLENA. Descorchó el partido Koundé y lo abrochó En Nesyri. Tras una semana negra, el Sevilla apeló a su identidad de retroceder nunca y rendirse jamás, para lograr un triunfo lleno de autoridad. El club andaluz llegó a Francia instalado en la duda y sin nada que declarar, pero salió de Rennes con la maleta llena de puntos, dinero e ilusión.

SUPERVIVIENTES. Prestigio y dinero. Todo, a una carta. Madrid y Atleti se jugarán estar entre los 16 mejores de Europa. Ambos dependen de sí mismos y los dos se asoman al precipicio de una debacle económica de proporciones bíblicas. Pasar es sobrevivir. Caer implica jugar la Europa League y dejar tiritando una caja que ya está tiesa por el Covid-19. Madrid y Atleti están obligados a ganar. Tropezar es sufrir. Y de propina, como al fondo siempre hay sitio, espera el derbi. No habrá tregua. Ni se concederá.